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Año 2024
Ninguno de esos extremos es la solución. Exigimos que se gobierne con respeto y seriedad.
Miércoles, 10 de Enero de 2024

Amables lectores: Este año será determinante para nuestro país. Se debe definir qué rumbo debe tomar el país en las siguientes décadas. La actual administración izquierdista con improvisación no encuentra su rumbo. Si se llegasen a aprobar las reformas a la salud y la laboral, que están actualmente en discusión en el congreso sería un salto al vacío. Afirma Ricardo Santamaría que estas son regresivas socialmente y que hay gran incertidumbre en pensiones y educación.

El gobierno Petro propone estatizar todo lo existente sin analizar los riesgos que este trae por las pérdidas de eficiencia en el servicio, posible aumento de la corrupción       y burocracia. Se quiere dejar de lado el modelo de alianza público-privado que aunque con algunos problemas se ha consolidado como uno de los mejores en salud de América Latina. No se justifica crear los desajustes que ha originado la discusión de este proyecto de reforma. Por fortuna, se ha demostrado que en Colombia, existen contrapesos al poder que producen esperanza y equilibrio. Se debe seguir apoyando la separación de poderes y que el principio de una prensa libre, adquiera más fuerza cada día. En este 2024 necesitamos que aparezcan los nuevos liderazgos porque no debemos olvidar que el 2026 hay elecciones presidenciales. No se puede seguir haciendo política basados en el vulgar clientelismo y la llamada mermelada. No se trata de identificar un candidato, sino un modelo de país. Necesitamos un buen gobierno y no uno de derecha o izquierda.

Ninguno de esos extremos es la solución. Exigimos que se gobierne con respeto y seriedad. Se deben escuchar, antes de tomar decisiones, las voces con posiciones contrarias. El cambio es con planteamientos sensatos y factibles. Mucho se ha venido hablando, durante este gobierno de la economía popular y como dicen algunos que el gran capital es el verdadero enemigo del cambio; decir lo anterior les va a quedar difícil porque cada vez que el presidente Petro ha solicitado que el sector productivo envíe señales sobre su intención de favorecer al pueblo, los empresarios han respondido con prontitud.

Ejemplo de lo anterior tenemos que se necesita un salario mínimo concertado, fuera de lo común: “Aprobado”, que es clave una rebaja de tasas de interés en la banca privada, casi todas entidades privadas respondieron “positivamente”. ¿Qué tal una rebaja de precios real en los alimentos? De inmediato almacenes de grandes superficies lo realizaron mutuamente y los frigoríficos respondieron también bajando el precio de la carne. Fedegán ha ofrecido al gobierno 500.000 hectáreas para que las compre y entregue a campesinos; esta actuación del gremio ganadero ha contado con el apoyo de los propietarios. Los empresarios están al frente de servir a la comunidad. Si alguien sabe de economía popular es el sector productivo colombiano.

Los hechos enumerados deben tenerse en cuenta en el trámite y discusión de la reforma laboral porque como está planteada afectará, si se aprueba, a los pequeños y medianos negocios por eso se debe dialogar para lograr mejorarlos.


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