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Buenas prácticas despolitizando el empleo
Cúcuta es una ciudad atípica en Colombia. Al ser una ciudad frontera, siempre ha estado influenciada por la situación política y económica del país vecino.
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Jueves, 16 de Febrero de 2023

No hay ningún indicador económico que sea más cercano a la persona del común que la tasa de desempleo. Esta cifra no solamente sale en los diarios cada mes - con su respectivo espacio en medios para los fracasómanos de turno - sino que también es de los primeros que sienten las familias colombianas. Cuando el padre de familia pierde el empleo, cuando a la abuela la jubilan antes de cumplir los requisitos de una pensión, o cuando el jóven profesional vuelve a la casa de sus padres porque su empleo fue uno de esos que mueren en los recortes que llegan con las recesiones.

Cúcuta es una ciudad atípica en Colombia. Al ser una ciudad frontera, siempre ha estado influenciada por la situación política y económica del país vecino y también por el vaivén macroeconómico mundial. Parte de este resultado es inevitable, son gajes del oficio de un mundo globalizado. Pero también hay un factor local que vale la pena revisar: Cúcuta puede decidir en los próximos años si utiliza sus políticas locales para tener instituciones incluyentes que logren aprovechar los mejores impactos de un mundo global, o si vuelve a sus instituciones extractivas, quedando vulnerables ante las adversidades.

Los próximos años tendremos una situación macroeconómica difícil, el país estará ajustándose el cinturón para pagar sus deudas y los socios comerciales estarán luchando con un fantasma de recesión. El reto que tenemos al frente no podría ser más grande, pero por fortuna hay espacio para ser optimistas.

Los datos más recientes de empleo, afinados por el último censo, dejan la ciudad con un muy buen panorama. Si uno coge el dato de desempleo partiendo de los datos de hace cinco años y su evolución con la reactivación económica, uno se da cuenta de que Cúcuta es la ciudad con mejores resultados en la tasa de desempleo en Colombia, solamente superada por Armenia. Un verdadero caso de éxito.

El mérito de este resultado es para las miles de personas, empresarios, emprendedores y trabajadores que empiezan a consolidar un tejido empresarial con mejor empleo, mayor formalidad, más innovación y más competitividad. Es imposible pensar que el éxito de la ciudad se debe a un solo gobierno, pero podemos estar seguros de que sin un buen liderazgo, esa articulación de los diferentes sectores de la sociedad hubiera sido imposible.

En 5 años la ciudad pasó de ocupar los últimos puestos en empleo a dar la pelea entre las ciudades emergentes: con este diagnóstico deberíamos pensarnos en cómo vamos a lograr, en los siguientes 5 años, que la ciudad llegue a ocupar los primeros puestos.

Por supuesto que no será un camino fácil, pero no partimos de la nada. La visión de una ciudad que tiene a la iniciativa privada como el motor de desarrollo, que le brinda herramientas de inclusión productiva (que enseña a pescar) a quienes lo necesitan y que moderniza sus instituciones para ponerlas al servicio del ciudadano ha probado ser una configuración para el éxito. Ojalá no se tire todo esto por la borda.

Por Martín Jaramillo - Economista. Profesor Universidad Javeriana

@tinojaramillo 

martin.jaramillo@email.shc.edu

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