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A comer se dijo
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Domingo, 17 de Marzo de 2024

Llama la atención que una de las consecuencias indirectas de la pandemia que recién padecimos, es el sedentarismo, el cual llegó con nuevos aportes gracias al incremento en el trabajo remoto y mantiene atados a la silla durante largos ratos a quienes lo desarrollan, con ello viene de la mano la ganancia de peso corporal que no pocas veces desemboca en la obesidad.

De tal manera que la respuesta a lo anterior ha llegado de la mano de los entrenadores quienes abogan por la práctica de ejercicio y por otro lado están los nutriólogos y nutricionistas que mediante consejos dietéticos intentan que lo que comemos sea sano y no contribuya al sobrepeso. Estos cuentan con las ayudas que proporcionan los medios virtuales que aparecen en las redes sociales inundadas con videos que orientan sobre los alimentos que contribuyen a la buena alimentación y los que atentan contra la buena salud, sobre todo por alto contenido calórico.

Para un video hay otro, para el que asegura que tal o cual alimento puede tener un efecto dañino al consumirlo, otro ubica a estos alimentos como esenciales en la dieta diaria. El ejemplo típico son las frutas, las cuales se deben consumir de manera natural, no en jugos, que si aumentan el azúcar en la sangre o que si son adecuadas para el consumo durante algunas fases de la vida como la infancia y la gestación en las mujeres. Las grasas son sanas para unos, mientras que hay quienes opinan que su consumo conduce a procesos lesivos y habría que escoger entre las que tienen origen animal o vegetal.

Hablando de videos, también abundan los que ayudan a preparar los alimentos y tienen pretensiones de graduarnos como cocineros con relativa facilidad, lo cual puede resultar en que tengamos que hacer varias sesiones de ensayo y error para lograr un producto aceptable al paladar, pero en su mayoría están en contravía de las recomendaciones de los expertos en nutrición. Al mismo tiempo que los veganos y vegetarianos ganan terreno y adeptos, lo consumidores de carnes lanzan sus arengas defendiendo este tipo de alimento que en decir de muchos es esencial.

Si llegáramos a conclusiones, deberíamos tener en cuenta que hay condiciones de salud en las cuales uno u otro alimento no puede ser consumido, ejemplo de ello son los azúcares refinados para quienes padecen diabetes. En términos generales también deberíamos reducir su consumo con la intención de reducir el peso corporal y evitar los alimentos ultraprocesados si están presentes algunas condiciones que los pongan en riesgo de padecer alguna enfermedad relacionada con su consumo.  

Otras veces por más que se intente comer “sano” no se consigue porque el bolsillo no da muchas opciones y se tiene que decantar por “lo que Dios socorra”. De tal manera que las recomendaciones de la dieta quedan relegadas por esta circunstancia. Las dietas “balanceadas” deberían contener las tres fuentes de nutrientes: carbohidratos, grasas y proteínas en su proporción adecuada y sin excesos porque ello deriva en sobrepeso y obesidad considerada hoy otra de las pandemias que padecemos junto a la de salud mental y la soledad que nos arrebatan la tranquilidad.

Al cocinar y comer no podemos olvidar nuestros dichos populares: “tripa vacía, corazón sin alegría” y “barriga llena, corazón contento” De otra latitud podemos agregar:  No hay amor más sincero que el que sentimos hacia la comida – George Bernard Shaw (escritor irlandés) Buen provecho.

jorgepabonl@yahoo.com


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