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Cúcuta 2050
En medio del foro la alcaldía presentó tres macroproyectos que son prioritarios para la ciudad y resolverían problemas que pade­cemos desde hace décadas, sin que hayamos sido capaces de resolverlos.
Domingo, 4 de Diciembre de 2022

Es importante el esfuerzo de la adminis­tración municipal de abrir la discusión sobre la Cúcuta del futuro con las fuerzas sociales de la ciudad. El foro convocado esta semana por la alcaldía, la Cámara de Comercio, Ca­macol y La Opinión, constituye un primer esfuerzo por construir escenarios de debate civilizado sobre las necesidades de la capital y no quedarse en los pequeños pleitos politi­queros que afectan nuestras posibilidades de desarrollo. En el 2050 tendremos al menos el doble de habitantes de hoy, con lo que ello sig­nifica en términos de desafíos en movilidad, servicios públicos, sostenibilidad ambiental y seguridad. Muy interesante la contraposición de visiones del experto español Pedro Ortiz y el exalcalde de Bogotá Enrique Peñaloza. El uno pensando en ciudad metropoli­tana extendida en todo su valle hacia Los Patios, Villa del Rosa­rio, Puerto Santander, El Zulia y San Cayetano, y el otro con una visión más local, de ciudad den­sificada en su centro urbano. Una definición clave para el futuro que requiere participación más amplia de una ciudadanía que casi siempre contempla pasiva las decisiones equivocadas de sus gobernantes.

En medio del foro la alcaldía presentó tres macroproyectos que son prioritarios para la ciudad y resolverían problemas que pade­cemos desde hace décadas, sin que hayamos sido capaces de resolverlos. La conexión de Cúcuta a la red nacional de gas, las plantas de tratamiento de aguas residuales y el sistema de transporte masivo del área metropolitana. Unos más avanzados y viables que otros, todos son prioritarios si queremos una ciudad más amable que ofrezca mejor calidad de vida a sus habitantes. Para que la ciudad sea más competitiva debe contar con suministro de gas confiable para los hogares y la producción industrial, mas ahora con las posibilidades que se abren con la apertura de fronteras. En se­gundo término las PETAR requieren músculo privado y el compromiso de la nación con el cierre financiero que se cuenta ya en billones. En tercer lugar está el transporte y la movi­lidad. La presentación del sistema es un buen punto de partida, aunque se nota que falta aún mayor trabajo y concertación. La ley de metros permite que el 70% de la financiación sea del gobierno nacional y debemos presentar un plan serio para garantizar los recursos. En este caso, como en el del gas, es injustificable que Cúcuta sea la única ciudad de su tamaño que no cuenta con un sistema organizado de trans­porte. Si no lo hacemos pronto la movilidad en la ciudad, que ya es un problema grave, se convertirá en un infierno en muy pocos años.

En los tres casos mencionados se requiere mayor trabajo conjunto entre autoridades, gremios y bancada parlamentaria para que sean incluidos en el Plan de Desarrollo. Esa tarea hay que hacerla de manera coordinada si queremos tener éxito. En ese as­pecto escuchamos una muy pro­positiva presentación del Director de Corponor, en la que su mensaje fundamental fue la necesidad de generar un mayor sentido de pertenencia de los cucuteños con su ciudad y la urgencia del trabajo en equipo. Gracias a ese esfuerzo colectivo fue que en años ante­riores concretamos obras como el Acueducto Metropolitano y la doble calzada a Pamplona.,

En estos debates no podemos olvidar la importancia de la seguridad. Los hechos vio­lentos de esta semana en pleno centro de la ciudad son alarmantes y no hay una reacción oportuna y eficaz de las autoridades. Desde hace 5 años, cuando realizamos una cuantiosa inversión en el gobierno Santos, no se garanti­zan nuevos recursos en movilidad, tecnología, infraestructura y cámaras de seguridad para nuestra policía. Es esencial hacerlo. En fin, discusiones como las del Foro Cúcuta 2050 son entonces claves para definir el rumbo futuro de la ciudad. Debemos ser capaces de impulsar proyectos de desarrollo urbano que garanti­cen sostenibilidad ambiental, sin dedicarnos a oponernos a todo por principio. Es lo que conviene a los cucuteños porque necesitamos grandes sueños y proyectos de ciudad.

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