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Diálogos Gobierno-Eln: salto adelante
Todo ello sería muy bien apoyado con unos buenos mecanismos de monitoreo.
Sábado, 17 de Junio de 2023

La firma de los Acuerdos entre el Gobierno de Gustavo Petro y el ELN en La Habana –país emblemático por los apoyos dados a la búsqueda de la paz colombiana durante varias décadas-, son sin duda a destacar. Con seguridad no son los ideales, porque nunca hay paz perfecta, pero siempre son mejores que la situación de enfrentamiento, violencia, muertes y dolor.

Y así lo ha valorado el presidente Petro al viajar personalmente a Cuba a ratificarlos con su firma, igual que el primer comandante del ELN, Antonio García, al hacerlo también, así como la presencia en la Delegación del ELN del histórico jefe de esta organización –hoy como asesor de la misma, Nicolás Rodríguez, ‘Gabino’-. Y no es para menos, porque en el ambiente de incertidumbre frente a las posibilidades de la búsqueda de la paz, en amplios sectores de la sociedad colombiana y las tensiones que se han vivido con un gobierno empeñado en propiciar cambios importantes en diversos campos, pero con poca estrategia para promoverlos y con oposiciones fuertes de sectores tradicionales o que preferirían un camino más ‘gradualista’, en ese ambiente, la noticia de estos primeros Acuerdos son una ‘bocanada de aire fresco’ que sin duda contribuyen a dar optimismo, que es siempre necesario para las sociedades y los gobiernos.

El cese del fuego y de las hostilidades acordado es nacional y esto era una demanda del ELN, que veía en los ceses regionales un riesgo de propiciar ciertas fisuras a su interior, pero igualmente permite llevarle alivios a los territorios donde el conflicto armado produce más daño a los pobladores. Quedan dudas, propias del desconocimiento detallado del documento, pero creo que no será nada que no se pueda solucionar sobre la marcha, si existe voluntad política de las dos partes y generosidad de la comunidad internacional, por ejemplo, el sostenimiento de todas las estructuras insurgentes, y la capacidad de control interno de los mandos del ELN. Pero todo ello sería muy bien apoyado con unos buenos mecanismos de monitoreo y evaluación del mismo, que esperamos estén previstos y donde se combine la participación de organizaciones sociales, así como la experticia nacional e internacional.

En relación con el tema de la Participación Social, primer punto de las prioridades del ELN, en lo cual igualmente hay coincidencia con el gobierno Petro, no existe en general discusión, salvo en sectores muy retardatarios, de la prioridad y centralidad de la misma en la toma de decisiones de política pública. El desafío será la modalidad de dicha participación –¿sólo de sectores organizados?, ¿cómo se expresaran los no organizados?, ¿será en los territorios? o ¿serán representantes que se desplazaran a un escenario centralizado?, por sólo colocar algunos interrogantes-, el alcance de dicha participación –consultiva, deliberatoria, decisoria- y a qué nivel?, soló para decidir obras locales o también a nivel regional y aún nacional? En fin, es un campo de debate muy importante, pero muy central para una sociedad como la nuestra, tradicionalmente poco dada a estimularla.

Sin duda un primer gran triunfo para el país, derivado del trabajo de las dos Delegaciones, la del Gobierno y la del ELN.

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