Hace unos días, se presentó lo que pudiera llamarse un pequeño incendio, en uno de los establecimientos del concurrido punto de referencia Pinar del Río, alrededor del medio día, cuando el número de automotores llegaba a su límite de ocupación.
Por las redes sociales se publicaron varios momentos de lo ocurrido y además de la solidaridad demostrada por las personas que se encontraban cerca del sitio, el asunto no pasó de ser un buen susto, y la prueba reina de que la inexistente cultura ciudadana, habría sido en momento dado, causa de una lamentable tragedia.
Varios ciudadanos con extintores caseros en mano, se acercaron y descargaron pequeñas dosis de químicos, de seguro sin percatarse que para ese tipo de situaciones, debe tenerse en cuenta el origen del fuego, puesto que es diferente el tipo de sustancia a aplicar, dependiendo de su causa, toda vez el uso inadecuado del producto perfectamente puede exacerbar la conflagración y de ahí que se diferencian por letras mayúsculas visibles.
El problema adicional, se constituye en caos vehicular que se sucede en toda el área, toda vez que los vehículos son estacionados en donde a cada quien le parezca y además invaden con desfachatez los sitios destinados a los puestos demarcados para personas en estado de reducida movilidad.
Sumado a lo anterior, en caso de emergencia como efectivamente sucedió, es realmente imposible evacuar la zona, puesto que el noventa por ciento de los conductores dejan sus vehículos en condición de dificultad de maniobra para estos casos, pese a que existe señalización horizontal y vertical del lugar.
Además, sucede con frecuencia que algunos conductores, abandonan sus vehículos dejando bloqueado a dos o tres automotores que deben aguantarse el abuso porque ahora nadie puede reclamar frente a ese tipo de actitudes.
Solo imaginemos, ¿qué hubiese sucedido si el fuego se extiende a locales vecinos y se imposibilita retirar los autos por temor a las llamas? ¿Está preparada la Estación de Servicio para activar su Plan de Contingencia, al tener explosiones consecutivas dado el avance de un posible incendio de grandes magnitudes?
Lo único cierto es que sucedió un milagro, toda vez que además del accidente que originó las llamas incontroladas, varias personas de buena fe activaron los extintores de establecimientos vecinos y de vehículos, aunque a decir verdad, actuaron de buena fe sin saber que alguno de esos productos no era el indicado para esos casos. Sumado a lo anterior, un alto porcentaje de vehículos se encontraban estacionados hacia adelante, impidiendo su salida con prontitud y seguro, miles de galones de combustible almacenados en los depósitos de la estación de servicio, pudieron generar una incontrolable explosión con gigantescas proporciones de destrucción.
Concluyo que existe una marcada amenaza frente a situaciones de emergencia, la cual se agrava por el pésimo comportamiento de la mayor parte de ciudadanos, que llegan al sector en busca de combustible, alimentos o servicios. Además, la administración municipal debe evaluar la situación en compañía de los que saben del asunto, nuestros Bomberos Voluntarios y finalmente, entender que el fuego advierte su mortal poder destructor.
