Uno de los mejores espacios que ha ganado Cúcuta en los últimos años ha sido los encuentros de literatura que en el mes de septiembre organiza la FLIC, en esta oportunidad con una acogedora propuesta llamada “Voces híbridas”, en donde se harán reflexiones sobre la migración, feria en la que he tenido oportunidad de conectarme digitalmente con uno de sus invitados, Luis Luna Maldonado, quien presentó desde Barcelona “Muertos bajo tierra fértil”. Precisamente en el 2018 el escritor pamplonés, columnista de la Opinión, ganó el premio “Clarín” con el libro “Aquí solo regalan perejil”, novela policial en la que Abilio, con unas copas de más le narra su historia en un bar de Barcelona al dueño, historia que comenzó al haber pertenecido el protagonista a una organización de contrabando colombo venezolana. Como dicen por aquí, con un “Chupito” de whisky en el antiguo bar “El velódromo”, Luis me comentaba la vida de escritor en Barcelona, ciudad en la que entre los años 60 y 70 dio lugar al boom de escritores latinoamericanos con Julio Cortázar, García Márquez, Mario Vargas Llosa, entre otros, que revolucionaron la narrativa latinoamericana, la poesía y hasta la política.

Hubo un maravilloso encuentro el pasado miércoles en la biblioteca Agustí Centelle: la presentación del escritor cubano Leonardo Padura. A través de una reflexión sobre su nuevo libro “Personas decentes”, el escritor hizo una descarnada y dura reflexión sobre la Cuba de hoy. En algún momento llegó a expresar que lastimosamente para muchos cubanos no era fácil la opción en la isla de ser personas decentes; la cruel realidad de encontrar algo de alimentación, sin otra alternativa posible, lleva a muchos cubanos a tomar forzosamente un camino indecente, todo ello mientras existe una élite cercana al poder inmensamente rica, que vive con lujuria y excentricidades y lo demás, ya lo sabemos por lo que vemos por aquí a diario en la frontera. Al final una cubana participante le preguntó a Padura sobre la posibilidad de que escribiera sobre el futuro de Cuba, y sin pensarlo mucho contestó que le daba miedo, incluso señalando en ese mundo en el que se entrecruza la ficción y realidad creado en sus novelas, que si lo hacía, mataran al famoso detective Mario Conde y de paso a él. Encuentro literario enriquecedor que comentábamos con Luis en el barrio gótico, ahora tomando un café, muy cerca en donde encontraron unas columnas del Imperio Romano de la época de Augusto.

Otro encuentro literario que hubo en la recién inaugurada biblioteca de Barcelona “Gabriel García Márquez”, espacio magnífico de tres pisos en donde hubo un conversatorio informal sobre literatura y América Latina. ¿Cuál es el futuro de esta parte del mundo con todo lo que está sucediendo, y especialmente con todas las inquietudes que generan las elecciones del 2 de octubre en Brasil? Pilar, una estudiante catalana de literatura recordó un cuento justo de Gabo, en el que este último puso en boca de un presidente socialista negro, derrocado por una dictadura militar, esta reflexión: “Así somos y nada podrá redimirnos… un continente concebido sin un instante de amor: hijos de raptos, de violaciones, de tratos infames, de engaños, en el que la palabra mestizaje significa mezclar la sangre con las lágrimas que corren. ¿Qué puede esperarse de semejante brebaje? En esos encuentros literarios discurre el día a día la América Latina, en donde sus escritores e intelectuales  tratan de interpretar este mundo torrencial como sucediera esta semana en la FLIC, feria que le aporta a la ciudad una oportuna reflexión sobre la migración, con “voces híbridas”,  al igual que como lo expresara Luis Luna con la historia de Abilio, sus desventuras y tragedias, que finalmente son vidas que todos los días las siguen viviendo muchos latinos por todo el mundo. Seguramente por ello Padura alcanzó a confesar que le da miedo escribir sobre el futuro de Cuba.