Con la salida del gobierno de Benedetti y Laura Sarabia, recuerdo aquella frase que aparece en el libro de Mario Puzo sobre los Borgia – aquella poderosa familia italiana de finales del siglo XV en la que el Papa era de origen español, y cometió todo tipo de excesos, lujuria, lucha por el poder, vanidades, asesinatos y traiciones - y Puzo escribía: “Las semillas de la codicia y la traición pueden germinar aún en el más valeroso de los hombres”. Mucho de esto es lo que ha ocurrido con este nuevo episodio. ¿Pudo Benedetti sentirse incómodo al ver que la joven secretaria de Petro le había quitado influencia y poder frente al presidente, y le tendió algo así como una trampa en la que no calculó que él también podría caer? Muy probable, bastante de eso. ¿Incurrió en un grave error el presidente en depositar tanto poder en su inexperta secretaria? Sin duda, un gran error de Petro.
De esta historia que tiene episodios novelescos, algunos inverosímiles, muy preocupantes por conocer el día a día como se está gobernando Colombia, al parecer hace 20 días Benedetti buscaba reunirse con el presidente en el propósito de tratar de regresar a Bogotá, impulsado seguramente porque empezaba a sentirse alejado de los círculos del poder estando Caracas, y creyó que podía ser ministro de defensa. Laura Sarabia, al parecer le ofreció, con apenas 29 años, la cancillería o volverse el superministro, y Benedetti llegó a sentirse burlado y por ello increpó e insultó a Laura porque lo asimiló como una burla. Y mientras el novelón sigue, la inseguridad aumenta, los inversionistas no tienen confianza para hacer negocios en el país, el desempleo continúa, las reformas pueden caerse, podría suceder que en un mes no hayan aprobado ninguna y ya mucha gente ve con preocupación los tres años que faltan de gobierno. En Colombia se acerca grave tiempo de ingobernabilidad.
¿Qué pensará toda esa militancia de izquierda que por años lucharon para tener históricamente esta posibilidad, y ahora ven que todo ese esfuerzo termina como protagonista a un político como Benedetti, que ha pertenecido a todos los partidos, se ha beneficiado de cada uno de ellos sin escrúpulo alguno, y una joven politóloga que por momentos sentía que manejaba el país? Si el presidente no abre un espacio urgente de reflexión y análisis, de autocrítica, escucha a quienes debe escuchar, podría colocar al país, y en pocos meses, en un gran enfrentamiento político y social, protestas por aquí y por allá, sin Paz Total, con una inseguridad que día a día seguiría en aumento, y lo peor para Petro, un presidente que comenzaría a sentir el rechazo de su propia gente.
Algo de eso está escrito en el “General en su laberinto”, cuando Simón Bolívar va por el río Magdalena en junio de 1830, solo y vilipendiado, y ante la votación que hubo en el senado en la que ningún senador votó por él como le aseguraba su asistente José Palacio, Bolívar no lo podía creer y preguntaba si era cierto. La soledad y la tragedia del gobernante que lo tuvo todo, e históricamente perdió una oportunidad.
Pasando a Cúcuta, grave la denuncia que hizo el concejal Oliverio Castellanos sobre la forma irregular como se están desviando los dineros de valorización para hacer obras innecesarias. Los excesos y vanidades de un alcalde que como ya lo asegura mucha gente a todo nivel en la ciudad, él sí sabe como y para dónde se desvían esos dineros, mientras aparece en redes con un “cartoncito”, en el que se destacan sus logros. Cúcuta tiene nuevo procurador, y podría tomar medidas preventivas para evitar que se sigan dilapidando los recursos de la ciudad. Como me decía alguien en estos días en el Parque Santander: “Señor, es que hasta don Ramiro era más decente que este señor”.
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