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Llevar la salud pública hacia la era digital
La pandemia también reforzó el poder y el potencial de las tecnologías digitales en favor de la salud pública.
Sábado, 31 de Diciembre de 2022

Por Carissa Etienne, Directora de la Organización Panamericana de la Salud

La pandemia de la COVID-19 ha dejado una marca profunda en nuestras vidas y sociedades. Aunque también reforzó el poder y el potencial de las tecnologías digitales en favor de la salud pública.

Los países que aprovecharon las innovaciones digitales tuvieron mejores resultados en la lucha contra la COVID-19. Aquellos que dispusieron de un sistema centralizado de reporte de casos pudieron monitorear la propagación del virus y avisar a los municipios cuándo era momento de ajustar las medidas.

Donde la telemedicina estuvo disponible, las personas pudieron mantenerse en contacto con sus médicos, incluso en medio de los confinamientos, lo que les ayudó a continuar sus tratamientos y cuidados. Las aplicaciones de mensajes y video les permitieron obtener la orientación correcta y las prescripciones necesarias desde la seguridad y comodidad de sus hogares.

¿No debería ser esta la “nueva normalidad”?

Ha llegado el momento de que el sector de la salud adopte más ampliamente las tecnologías digitales. Al modernizar la forma de ofrecer cuidados, podemos facilitar la labor de los trabajadores de la salud, mejorar la experiencia de los pacientes y fortalecer nuestros sistemas.

Para ayudar a los ministerios de salud a mirar hacia el futuro, la OPS ha elaborado los Principios rectores de la transformación digital del sector de la salud. Este documento establece prioridades y consideraciones concretas para garantizar mejoras equitativas y sostenibles en el sistema de salud.

En primer lugar, es importante que todo el mundo pueda acceder a Internet con un ancho de banda suficiente para consultas virtuales y otros servicios en línea. Dado que cada vez más personas dependen de las tecnologías digitales para obtener información y relacionarse con los sistemas de salud —ya sea para obtener citas o realizar una consulta—, la conectividad universal se ha convertido en un determinante de la salud importante y será crucial para alcanzar el objetivo de “salud para todos”.

En la región de las Américas, el 30% de las personas aún carecen de acceso a Internet. Y dentro de los países persisten marcadas disparidades entre la conectividad de las zonas urbanas y rurales. Sin acceso a Internet, las poblaciones no pueden beneficiarse del progreso digital y los más vulnerables se quedarán atrás.

Por eso debemos promover también la inclusión digital.

Aunque muchos se han acostumbrado al uso de herramientas como computadores y teléfonos, el acceso y la familiaridad con estas tecnologías varían según la edad, los ingresos y la procedencia de una persona. Al adoptar tecnologías digitales, los países deben tener en cuenta las necesidades de todas las poblaciones para evitar que aumenten las brechas existentes en los servicios de salud.

Los datos son los cimientos de una buena salud pública. Revelan las tendencias, las deficiencias y las oportunidades para orientar las intervenciones. Por ello, a medida que los países refuerzan los sistemas de registro de pacientes, y rastreo y vigilancia de enfermedades, deben asegurarse de que los datos puedan desglosarse por edad, género, grupos y regiones, para no dejar atrás a los más vulnerables.

Los datos en tiempo real a través de sistemas de información de salud robustos pueden mejorar la gestión de los sistemas de salud, ya que revelan los problemas y señalan dónde se necesitan recursos adicionales. Por eso es importante que los datos se integren y sean de libre acceso a través de diferentes plataformas, para que los sistemas de salud locales y nacionales puedan acceder a la información que necesitan en el momento y el formato adecuados para la toma de decisiones.

En este momento, la única opción de los países es llevar los sistemas de salud hacia la era digital, pero eso requerirá de una inversión continua, compromiso político y voluntad de colaborar con otros sectores.

Las tecnologías han dado forma al mundo que nos rodea. Ahora debemos aprovechar su poder para transformar nuestros sistemas de salud y construir un futuro más resiliente, seguro y saludable para todas las personas.

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