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Los alineados
Pero muchos, pero menos los déspotas, han podido entender que la geopolítica es un sistema complejo, cuyos efectos no pueden preverse, ni su magnitud.
Sábado, 30 de Marzo de 2024

Se sigue embolatando la geopolítica mundial. Continua la dictadura de Putin sobre Rusia, después de un sainete “electoral” donde Putin era el “único” candidato real después de eliminar cualquiera que pudiera hacerle sombra. Eso explica la “muerte accidental” de Navalny encarcelado por oponerse al déspota, payasada que espera repetir Nicolás Maduro con el silencio cómplice de los zurdos latinoamericanos, en parte, porque ellos quieren hacer lo mismo: AMLO en México controlando el sistema electoral, Petro mediante una constituyente popular de Primera Línea (“diversos” milicianos izquierdistas que buscan crear caos).

Pero muchos, pero menos los déspotas, han podido entender que la geopolítica es un sistema complejo, cuyos efectos no pueden preverse, ni su magnitud. Putin, no habiendo acabado de celebrar su “elección”, debe enfrentar el reto terrorista del Estado Islámico (también llamado ISIS o DAESH) que muchos considerábamos extinguido, por lo que surgió la teoría de un acto de Putineria para culpar a Ucrania, pero sin ser claro porque lo haría: sí para llamar al enlistamiento general o buscar apoyo de países tibios con Rusia. Pero no lo necesitaba, y en cambio, revivir el zombie ISIS si es peligroso. En tal sentido, deberíamos aceptar que sí es el Estado Islámico el que atacó y que Rusia entra en la era de terrorismo inclemente, un segundo frente de guerra, que puede afectar su desempeño en Ucrania. Y falta saber el efecto sunami si sube Trump al poder en Estados Unidos. Las guerras y los golpes de estado se sabe cómo empiezan no como terminan.

El Putin latino, Nicolás Maduro, hará nuevas “elecciones”, a las cuales aspira a llegar solo como Putin y no tiene la amenaza de ISIS. Pero si tiene la amenaza de Estados Unidos y Europa Occidental por incumplir el acuerdo de Barbados,  que todos sabíamos que incumpliría, excepto los funcionarios “progresistas” gringos. Pero esta vez, las sanciones anunciadas para abril vienen adobadas con el despido de los gringos que hicieron el “acuerdo” y las próximas elecciones presidenciales, que apuntan al regreso de Trump. Ganar el voto latino siendo radicales con Maduro le puede reportar votos al partido Demócrata, hoy ad-portas de perder el poder. No pueden hacer el ridículo que ya hicieron con el acuerdo con un personaje despótico como Maduro.

¿Es un hecho aislado el ataque de Milei a Petro, que alineó a zurdos como AMLO, solo una salida de boca del argentino? Se supo que la plata que este año dio Estados Unidos en Colombia se redujo en 50 millones de dólares y que el Congreso exigió un informe sobre el riesgo de la democracia en Colombia, que parece corroborar la Constituyente “Popular” ilegal que propugna Petro, lo cual muestra que la relación del gobierno de Estados Unidos con la administración Petro se empieza a enrarecer. ¿Será que las medidas gringas podrían incluir los países zurdos amigos del déspota Maduro, mandando una señal que no se va a permitir una segunda Venezuela en Latinoamérica? Tal vez la “reelección” de Maduro no va a ser gratis, mientras Cuba empieza a dar señales de resquebrajamiento en su segundo “período especial” (hambre, porque no hay quien la mantenga; primero fue la URSS, después Venezuela, ahora nadie).

El despotismo no ilustrado de esta época parece empezar a ser enfrentado, bien sea por los excesos del “progresismo” que está derechizando a Europa o por susto en el establecimiento progresista gringo a la posible llegada de Trump. Vienen meses interesantes, donde también se empieza a observar un alineamiento entre Estados Unidos y Argentina, para enfrentar el eje zurdo de los narcoestados de Cuba, Venezuela, México y Colombia; Trump ya mueve la política exterior gringa. Lula quiere jugar neutral y Argentina, sin relaciones con esos países, puede fortalecer su alianza gringa.

¿Será que alineados los zurdos, se les puede aplicar el empuje del dominó, extendiendo las sanciones a Venezuela a sus socios, que pueden replicar Argentina y algunos países de Europa Occidental? Ya veremos.

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