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Los niños en la guerra
Luego, las imágenes publicadas, justificaban el abandono del Estado y por supuesto, el dominio territorial de estas organizaciones en conversaciones políticas en la búsqueda de la paz.
Sábado, 16 de Marzo de 2024

Las imágenes que recorrieron el mundo en los últimos días provenían de Norte de Santander, específicamente de la zona del Catatumbo: Tibú y Sardinata. De manera intimidatoria e instrumentalizada la organización denominada EMC -33, que actualmente se encuentra en el cuarto ciclo de conversaciones en San José del Guaviare con el Gobierno colombiano, repartía kits escolares y, en formación colegial, los niños daban las gracias por los regalos recibidos mientras eran grabados.

Luego, las imágenes publicadas, justificaban el abandono del Estado y por supuesto, el dominio territorial de estas organizaciones en conversaciones políticas en la búsqueda de la paz.

Desde cualquier punto de vista es inaceptable la utilización de nuestros niños en la guerra y menos como medio de consecución pacífica para resolver las diferencias.

En al menos 13 países del mundo, incluidos Francia, Ruanda, Uganda, Nigeria y, por supuesto, Colombia, nacen o nacieron niños en la guerra. Esta problemática, desde la Segunda Guerra Mundial, afecta a un número considerable de personas. Según la Unidad de Víctimas de Colombia, entre 1985 y 2023, el conflicto armado en el país afectó a más de dos millones de niños, niñas y adolescentes, a través del desplazamiento, el confinamiento, el reclutamiento, el abuso y la violencia sexual, entre otros (CS ONU 12/08/2023).

Aunque la violencia disminuyó tras la desmovilización de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP) en 2016, los intentos de otros grupos armados de controlar áreas anteriormente dominadas por las FARC-EP han aumentado los niveles de conflicto. Entre 2020 y 2021, hubo un aumento del 88% (de 12.481 a 23.465) en el número de niños, niñas y adolescentes afectados por el conflicto. También ha aumentado el número de reclutados por grupos armados para reforzar sus filas (InSight Crime 15/04/2021).

Los conflictos armados afectan todos los aspectos de la vida de esta población, dificultando su acceso a la educación, los servicios de salud y los medios de subsistencia. Los conflictos los exponen a posibles impactos en la salud física y mental a largo plazo o para toda la vida.

Es probable que haya un subregistro de las cifras disponibles debido a amenazas, el miedo a las represalias de los grupos armados, el desconocimiento de los servicios de protección y las largas distancias que se deben recorrer para llegar a los centros urbanos y denunciar los casos.

El reciente aumento de la violencia en Colombia probablemente aumentará el número de niños y jóvenes afectados. Una de las problemáticas más significativas es que, tanto en el derecho internacional de los derechos humanos como en el derecho internacional humanitario (DIH), existen dos principios que enmarcan el fenómeno de los niños nacidos en la guerra: (i) el interés superior del menor y (ii) el derecho a la unidad familiar.

Desde este referente, en los escenarios de conflicto armado mencionados, es complejo garantizar los derechos de los niños y, a la vez, mantener a la familia unida. Sin embargo, el principio de unidad familiar busca precisamente garantizar los derechos de los niños por norma superior.

Norte de Santander quiere y anhela la paz. Estamos cada día construyéndola, pero necesitamos acciones y mensajes claros de confianza para poder avanzar en este camino. Por favor no más niños en la guerra, no es justo con ellos.

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