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Países de buenas (II)
¿Qué hace a Bukele un líder regional y mundial?
Lunes, 11 de Marzo de 2024

2 –No hay que dudar  de que Javier Milei es un genio; y como todo genio, “loco”. Pero hay algo más: es un genio que tiene los pantalones bien puestos.

Por esa línea va Nayib Bukele, el presidente de El Salvador, otro país que a mi señora contertulia le parece de buenas.

Al contrario de Bukele, que sí ha gozado de fortuna económica, Milei no es potentado, pero no le falta el dinero gracias a las regalías de sus libros y a sus conferencias. Es más: se da el lujo de rifar todos los meses el sueldo de presidente entre instituciones de beneficencia pulcras.

 Nayib Bukele estudió Derecho en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, mas no se graduó de abogado por atender las empresas de su padre. Sin embargo, hizo estudios de inglés, que le permite desenvolverse en los foros internacionales.

Sin ser propiamente un político, fundó un movimiento independiente que lo llevó a postularse como candidato a la presidencia de la república resultando ganador en las elecciones del 3 de febrero de 2019 para el período institucional de cinco años que se inició el 1° de junio. Debido a su inmenso prestigio se presentó a la reelección para el período 2024-2029. Volvió a triunfar con un 85% de votos a favor.

¿Qué hace a Bukele un líder regional y mundial? Su decisión de combatir la corrupción oficial y de devolverles la seguridad a sus conciudadanos.

Su país era el país más violento del mundo y hoy ya viven los salvadoreños días sin que ocurra un solo homicidio.

La orgía de sangre y tropelías obedecían no solo a los grupos criminales, bien organizados, con capos que dominaban calles y ciudades, las famosas “maras”, sino a los mismos altos poderes corruptos de por sí y atravesados en el camino de persecución a los delincuentes.

Entonces, en julio de 2022 el presidente Bukele decretó el régimen de excepción, y dentro de su Plan de Control Territorial, con el apoyo parlamentario y popular logró la destitución de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y del fiscal general. Simultáneamente, emprendió la construcción de una megacárcel en donde actualmente se albergan cerca de 70.000 terroristas y pandilleros. O sea que la cosa empezó a funcionar   cuando detectó donde se emanaba la impunidad.  

La ONU, las ONGs, la OEA, la Unión Europea y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos se vinieron lanza en ristre contra Bukele. Él les respondió: “No dijeron nada cuando los delincuentes arrebataron decenas de vidas salvadoreñas, pero saltaron cuando empezamos a arrestarlos, porque según ellos les estábamos violando sus derechos”.

Los recursos recuperados de los ingentes gastos que implicaba combatir a los criminales le han servido además para edificar una biblioteca hermosísima y supermoderna, única en Latinoamérica, y barrios con casas construidas por los presos, destinadas a la gente pobre, que paga cuotas ínfimas. Y tiene proyectado construir una cárcel para corruptos y corruptores.  

Digamos, finalmente, que mandó a destruir el Monumento a la Reconciliación, calificado por él de “estéticamente horrible” y una apología a la violencia a la que sometieron al Salvador la derecha y la izquierda.

orlandoclavijotorrado@yahoo.es

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