Siempre procuro asistir a la Feria Internacional del Libro de Bogotá Filbo, y, en especial, coincidir con el Día de la Nortesantandereanidad, porque es el espacio para reencontrarse y compartir con coterráneos que hace tiempo no vemos. Vale la pena asistir al evento cultural y echar un vistazo inicial a todos los stands, siendo los de mi preferencia “Departamentos”, “Universidades” y “Entidades oficiales”.
En el stand del departamento del Tolima pregunto por textos del exministro Alberto Santofimio Botero, pues todos sabemos de sus condiciones académicas y su pluma refinada y lírica, “donde prima a veces el poeta, en ocasiones el periodista, en otras el historiador y ante todo el intelectual y académico que ha dedicado buena parte de su existencia al mundo del pensamiento y de los libros”. De él he leído todo, pues he adquirido sus libros desde que estudiaba en Barranquilla y asistía a sus concentraciones en el ágora pública. Sabía, también, que recientemente publicó, creo que, a manera de despedida, sus “Memorias fragmentadas”. Es un libro con textos ya publicados y otros nuevos, pues son perfiles políticos escritos cuando era un guerrero activo, y otros, en el sosiego hogareño.
En sus Perfiles del Tolima nos deleita con semblanzas de viejos conocidos que hoy añoramos: Juan Lozano y Lozano, Darío Echandía, Alfonso Palacio Rudas, Arturo Camacho Ramírez y Eduardo Santa, entre otros. No hay alusiones políticas personales, sólo las necesarias por la trayectoria de los biografiados. Vida semejante la suya a la de nuestro paisano Lucio Pabón Núñez, en el sentido que en su estudio hay que distinguir al político del escritor, según lo que indague el interesado.
Escrito lo anterior encuentro “El holocausto judicial contra Santofimio. La verdadera historia del caso Galán”, del abogado tolimense Edgardo Ramírez Polanía. Su argumento: la negación o la indebida aplicación de la justicia es un cruel atentado que quebranta el derecho, la igualdad, el respeto y la libertad.
Al recorrido se une el poeta uruguayo Fernando Chelle, quien tiene programadas, tanto en la Feria como en el Jardín Botánico de Bogotá “José Celestino Mutis”, una serie de conversatorios sobre sus libros y los de sus amigos. En el stand de Norte de Santander su conversatorio fue el pasado sábado en la tarde, luego del poeta Saúl Gómez Mantilla. Quise presentarle a Fernando Chelle al amigo caleño Carlos Fajardo Fajardo, filósofo, prolífico escritor, magister y doctor en Literatura de universidades colombianas y europeas, y resultó que eran viejos conocidos. Conozco a Carlos porque es esposo de mi paisana Nubia Conde Quintero.
Hoy, ya pensionados, recorren milimétricamente España y América Latina, de donde Carlos obtiene material literario para sus publicaciones, como lo prueba con sus crónicas publicadas en su libro “La ciudad del poeta”.
