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Promoción de las regiones
El reto de la descentralización debe manejarse con énfasis de acierto para su coherencia y hacerlo sostenible. Lo que se disponga tiene que responder al interés general y no a las estrecheces de lo particular.
Domingo, 17 de Marzo de 2024

Está bien que desde el Congreso se promueva la descentralización tendiente a darle una efectiva autonomía a las regiones, a fin de que puedan atender administrativamente su gobernabilidad. Es como articularlas a una democracia funcional. Esto impone, sin duda, voluntad política con responsabilidad para conjurar la corrupción.

El presidente del Senado, Iván Name, ha asumido esa bandera y la ha desplegado mediante foros o audiencias con resonancia propagandística en todos  los departamentos. Pero los actos llevados a cabo no dejan de tener cierto aire caudillista con proyección a futuras aspiraciones de orden electoral.

No se le puede negar a Name el derecho de apostarle a los cargos de poder. Pero debiera hacerlo poniendo las cartas sobre la mesa y no esconderlas bajo la manga, cubiertas por un discurso muchas veces demagógico y hasta pendenciero.

En el despliegue de su campaña Name cuenta con la favorabilidad del Noticiero que tiene el Senado en la televisión. Acapara la información de corte oficialista como si se tratara de mostrarlo con buena imagen, que en la realidad le ha sido esquiva por travesuras paramilitares investigadas por la Corte Suprema de Justicia.

Y no se trata de arrugar la posibilidad de descentralización en Colombia. Se requiere para infundirle una mayor dinámica a la administración, con soluciones a problemas que afectan la existencia de las comunidades y frenan los desarrollos requeridos por las regiones. Es algo que debe estar en el interés de un mejor aprovechamiento de los recursos disponibles.

Un propósito de este alcance debe congregar a todas las fuerzas activas de la población y no convertirse en una especie de anzuelo de fines electorales. Porque si bien se trata de un hecho político, no debe  convertirse en promoción de causas sin capacidad de consolidar un proyecto incluyente.

El reto de la descentralización debe manejarse con énfasis de acierto para su coherencia y hacerlo sostenible. Lo que se disponga tiene que responder al interés general y no a las estrecheces de lo particular. Porque se trata es de romper con un modelo que ha representado atraso.

Con autonomía las regiones podrían atender con amplitud la educación, la salud y el reconocimiento de los derechos llamados a irrigar la vida de todos, sin discriminación de ninguna índole.

Se impone también tomar en cuenta la cultura ciudadana para la mejor comprensión de las responsabilidades articuladas a las relaciones que animan la convivencia, la solidaridad y la tolerancia.

Pueda ser que el propósito de la descentralización lleve a la democratización de las regiones y sirva para depurar la política de las mezquindades que la han degradado. Hay que articularla los cambios que la nación reclama, pero que tienen la oposición de quienes se obstinan en el modelo de más de lo mismo, así la realidad plantee la urgencia de corregir el rumbo para superar la recurrente situación de crisis.

No se entiende la insistencia de algunos en la preservación de los males que se han convertido en una soga de opresión de la mayoría de los colombianos.

Puntada

Centrales Eléctricas de Norte Santander es un ejemplo de acertado manejo. Está entre las empresas con reconocida solvencia en su funcionamiento. Es un patrimonio regional, como lo sustenta su gerente José Miguel González Campo.

ciceronflorezm@gmail.com


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