La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Columnistas
¿Qué nos deja la COP 28?
Así como se ha puesto en duda la efectividad de lo acordado, considerando que entre otros asuntos no se fijaron plazos, en paralelo un centenar de países se fijaron como meta triplicar la producción de energías renovables para el 2030.
Jueves, 21 de Diciembre de 2023

Al menos llevamos tres décadas negociando una morigeración de los efectos perjudiciales ocasionados por el uso de combustibles fósiles como son el petróleo, el carbón y el gas, como fuentes generadoras de energía lo que ha ocasionado un drástico cambio climático al aumentar la temperatura media, generándose deshielos, aumento del nivel del mar, escasez creciente de lluvias ocasionando una disminución de las reservas de agua dulce, elemento vital para la supervivencia de la vida animal y vegetal sobre el planeta.

Pero como suele ocurrir en este como en otros ámbitos de la convivencia internacional, los intereses económicos transnacionales son tan cuantiosos, que así como han ocasionado guerras lo que sigue ocurriendo, se busca evadir o a lo menos demorar al máximo la toma de decisiones drásticas para dejar de extraer estos elementos del subsuelo para reemplazarlos por la generación de energías alternativas y no contaminantes.  En definitiva, el cortoplacismo y la falta de ética y moral humanitaria se han impuesto sin importar que estamos hablando de salvaguardar la especie.

No exento de muchas dificultades, los casi 200 países participantes en la cumbre climática de Naciones Unidas, celebrada en Dubái (Emiratos Árabes Unidos), y que concluyera después de dos semanas de debates a mediados de este mes, han decidido poner punto final a su dependencia de los combustibles fósiles e iniciar una “transición” hacia energías renovables y limpias para frenar el cambio climático.

Por su parte, algunos estados pequeños y vulnerables al cambio climático han puesto en duda la efectividad de lo acordado, por cuanto el acuerdo no contiene plazos ni compromisos concretos para dejar de quemar combustibles fósiles. El alentador panorama dibujado por el anfitrión y algunas delegaciones occidentales no fue compartido por las representaciones de los países insulares.

Los delegados presentes en este trascendental evento en su vigésimo octava versión llevada adelante en la capital emiratí acordaron poner en marcha una transición para “alejarse de los combustibles fósiles en los sistemas energéticos de manera justa, ordenada y equitativa, acelerando la acción en esta década crítica, a fin de lograr el cero neto para 2050, de acuerdo con la ciencia”.

Se debe reconocer, que hasta ahora todos los textos y acuerdos previos se habían centrado en las emisiones de efecto invernadero, pero no hacían referencias a la necesidad de reducir las fuentes que mayoritariamente las provocan, es decir, los combustibles de origen fósil.

Así como se ha puesto en duda la efectividad de lo acordado, considerando que entre otros asuntos no se fijaron plazos, en paralelo un centenar de países se fijaron como meta triplicar la producción de energías renovables para el 2030.

El acuerdo de la COP28 también ha generado algunas divisiones en el mundo científico, académico y entre las organizaciones ambientalistas. Así, algunos científicos denuncian que “la redacción del texto final de la COP no coincide con la ciencia y por consiguiente existe una preocupación real de que no alcancemos los objetivos”.

Por su parte, desde el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) criticaron que los estados no hayan logrado "un consenso sobre la eliminación total" del uso de combustibles fósiles.  "Para un planeta habitable necesitamos una eliminación total de todos los combustibles fósiles", afirmó Manuel Pulgar-Vidal, del WWF y presidente de la COP20 celebrada en Perú en 2020.

Si las transnacionales petroleras y las grandes potencias no asumen la relevancia de la eliminación de los combustibles fósiles, el hábitat se seguirá deteriorando, el nivel del mar seguirá aumentando, los incendios forestales seguirán destruyendo nuestro entorno natural y la temperatura ambiente seguirá aumentando.  Así, el futuro se ve poco promisorio.


Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion

Temas del Día