Por estos días de agitación política en el país, las redes sociales están inundadas de información sobre los candidatos presidenciales que por obvias razones se ha convertido en el tema central en conversaciones formales e informales, con un ambiente congestionado por la información, lo lógico sería enfocarnos en el análisis de los programas de gobierno, temas estratégicos como infraestructura , competitividad, salud, educación, seguridad y por supuesto la frontera, nuestra prioridad en la región, que siempre ha requerido políticas de estado que generen estabilidad y confianza en las inversiones estratégicas, como ejemplo podríamos mencionar los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial PDET en el Catatumbo, como una política de estado que ha facilitado la implementación de iniciativas estratégicas para la región, integrando el sector público y privado con fondos internacionales y aunque podría mejorar el ritmo de su puesta en marcha viene dando resultados interesantes, pero lastimosamente hemos girado en medio de políticas de gobierno en los últimos periodos presidenciales, generando resultados nefastos en Norte de Santander, que al parecer no han calculado los efectos de algunas decisiones que se toman en Bogotá.
La frontera en Norte de Santander y el Catatumbo exigen una especial atención, principalmente por quienes desarrollamos nuestra vida cotidiana y trabajamos día a día por generar progreso en la región, deberíamos entonces priorizar la agenda regional por encima de otros intereses que llegan desde Bogotá u otras regiones, definiendo los temas estratégicos que se deberían exigir a todos los candidatos presidenciales y no deberían ser negociables, sin importar quien llegue a la presidencia de Colombia, podría mencionar la reapertura de la frontera comercial, uno de los puntos en que gremios, entes territoriales y líderes políticos deberían trabajar en bloque, facilitando la salida de productos hacia Venezuela y otros países a través del Lago de Maracaibo, una ventaja competitiva de nuestro territorio que nos ha permitido desarrollarnos por siglos.
Por otro lado, el Catatumbo es una de los vectores de mayor incidencia en la situación actual de la región y del país, que requiere intervenciones estructurales en seguridad, educación, infraestructura y apoyo al desarrollo agroindustrial, sectores como la palma de aceite se han convertido en un verdadero motor de desarrollo en el Catatumbo y han facilitado el desarrollo del agro en la región, incluso como mecanismo efectivo para la sustitución de cultivos ilícitos y para la industrialización del agro en la región.
Finalmente para Norte de Santander es fundamental recuperar la dinámica de la frontera y desarrollar un proceso de transformación productiva de largo aliento en el Catatumbo, independiente del presidente electo, nuestra agenda regional debe prevalecer, realmente ha sido costoso para los empresarios, el empleo y la competitividad de la región asumir los efectos de una agenda nacional que decidió romper relaciones con Venezuela, sin valorar los devastadores efectos que ha tenido en nuestra economía regional.
