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Rosendo Cáceres M.D.
El acierto de la Fundación El Cinco a las Cinco.
Miércoles, 29 de Julio de 2020

“Vivan una vida de principios y valores. Solidaridad, justicia y paz”, Lorenzo Mendoza.

La Fundación “El Cinco a las Cinco”, creó la distinción Ciudadano Ejemplar Marcos León Mariño, en reciente sesión extraordinaria.

Este personaje tiene un significado especialísimo para la decencia y la pulcritud cucuteña y para la preservación de los valores locales, pues su obra está esparcida providencialmente en nuestros estratégicos escenarios cotidianos de la ciudad, como el pie adelantado tras el sable, para mantener el honor y la tradición de Cúcuta. 

Si. Porque la obra cultural de Mariño nos enfrenta esos compromisos del honor y la bondad, cada vez que entramos a la Catedral de San José,  desde las bóvedas de su cielo, desde cada pintura mural o de sus oleos que solo viéndolos, adoba nuestra oración tibia o la fervorosa.

O en los muros de la Iglesia de San Antonio, o en el monumento a Cristo Rey en las colinas de la Cabrera, o en el culto escondido al Libertador Simón Bolívar en el óleo de la sacristía  de la catedral, que un día el Gobierno Nacional lo volvió estampilla  nacional, para honrar el sesquicentenario de su muerte.

 Qué acierto ha Tenido la Fundación El Cinco a las Cinco, al perpetuar esa memoria del maestro. Que en su pincel trasuntó, la fe regional en los oleos: del bautismo de Jesús en el rio Jordán, o el amor patrio en los sacrificios por la libertad de nuestras mujeres simbolizadas en el retrato de Mercedes Abrego, o las conmemoraciones de la fundación de la ciudad, o los dolores comunales retratados tras el terremoto de Cúcuta.

El segundo acierto de la Fundación El Cinco a las Cinco, ha sido la escogencia del doctor Rosendo Cáceres Durán, médico anestesiólogo, para exaltarlo como ciudadano ejemplar. Un chinacotense de todo el café, nacido en pleno inicio del gobernó liberal en la vereda de Palo Colorado en las faldas del cerro de La vieja.  Nació, creció y envejeció trabajando, con el ejemplo recibido de su viejo Antonio Andrés, uno de los primeros indocumentados de Colombia y Venezuela, por capricho.

No he sido su amigo, pero he seguido su parábola desde un día en que me enteré, que como él, nos identificaban algunas coincidencias; no solo la cafetera.

Sino otras como que el kínder y la primaria la hicimos con las monjas, él con las hermanas de la Presentación de Chinácota y yo con las Hermanas Terciarias Dominicas de Lourdes. ¡Ah, los niños de las monjas!

Bachiller del Sagrado Corazón de Jesús de Cúcuta, en la época de las estrellas, cuando la ciudad era la Meca “Basketera” de Colombia, la de Alfredo Díaz Calderón, David Darío Porras, Ernesto Garviras, Heberth Suarez y Olinto Merchán, como lo reseñó un día el cronista deportivo Pedro Jáuregui.  Desde la Universidad Nacional como  estudiante de Medicina, en  su ejercicio profesional y sus querencias con el deporte regional el Doctor Rosendo Cáceres Durán ha sido uno de los ciudadanos ejemplares que los cucuteños debemos imitar. Una parábola vital dentro de la solidaridad y la justicia social, sembrando paz.  

Adenda: El 90 % de las irregularidades institucionales y contractuales del municipio de Cúcuta se sostienen en la falsa y tolerada interpretación absurda de la presunción de legalidad de: Acuerdos, Decretos, Resoluciones y contratos multimillonarios, que burlan el detrimento patrimonial.    

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