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Su majestad, la justicia
Las secuelas de la pandemia en la justicia.
Domingo, 20 de Noviembre de 2022

Y ahora la justicia es noticia pero no por su eficiencia, ni porque la vayan a reformar; todo lo contrario, por otros motivos: por su displicencia, la desolación del Palacio de Justicia y la imagen de estos días de una juez confortablemente acostada dictando una sentencia en plena audiencia. Por estos días tuve oportunidad de ir al Tribunal, muy a las 8 de la mañana y quedé sorprendido. El Palacio de Justicia parece un edificio desolado, da la impresión como si a nadie le interesara, como si desde allí no se tomaran decisiones judiciales que interesan a los ciudadanos; pareciera apenas un edificio que hace algunos años fue importante y ahora está abandonado, en el que eso sí, se ven a varios empleados trabajando, y a muy pocos jueces. En definitiva la pandemia trajo cosas muy buenas en la vida, y dejó otras secuelas muy desafortunadas, entre ellas para la justicia. Hoy en día cuando un abogado va un Palacio de Justicia en el país tiene la misma impresión, la de que si antes había reparos sobre la administración de justicia, ahora las cosas han cambiado, claro ahora la justicia está peor que antes.

Y como si la anterior percepción requiriera alguna evidencia, la del jueves pasado en la que aparece una juez acostada, fumando, semidesnuda, seguramente legalizando una captura, lo dice todo. La primera percepción que queda es la de la displicencia para administrar justicia que  hoy adoptan algunos funcionarios judiciales: se dicta una sentencia igual como si se estuviere viendo un partido de fútbol del mundial, entre Ecuador y Catar, ahí en la cama, puede ser un lunes o jueves a las 10 de la mañana, fumando, mientras el inculpado pasó seguramente la noche anterior angustiado, hacinado en alguna cárcel, rezando para que en su caso apareciere toda la majestad de la justicia. Cuando vi la imagen de la juez hasta me recuerda aquel cuadro, algo distorsionado, de la Maja desnuda de Goya que está en el Museo del Prado. Lo de la distorsión es porque en el cuadro del pintor español, la Maja no fumaba ni en esa época existían piercings. La imaginación del pintor no llegó hasta allá.

Por mi ejercicio en la profesión de abogado, ante todo rescato a los pocos jueces que después de la pandemia son diligentes y cuidadosos; por estos días tuve la sorpresa de una audiencia con una juez administrativa de Bogotá, muy a las 6:00 de la tarde de un viernes, ella si expresando la majestad de la justicia, con su toga, instalando una audiencia a esa hora que nos llevó hasta las 7 y 20, casi ni lo creía. La realidad es que estos jueces ya son casos excepcionales, porque la realidad es que hoy en día hay muchos de ellos y magistrados, que administran justicia desde sus fincas, plácidamente, sin toga ni formalidades, eso sí, seguramente más cuidadosos que la juez de Cúcuta, porque apagan sus cámaras en el momento adecuado.

Por una percepción muy personal, sin respaldo estadístico alguno, llego a creer que de 10 funcionarios hoy en día no creo que haya 4 que sean diligentes y cuidadosos en su actividad, como la juez administrativa de Bogotá. Y ni para que hablar ahora que viene mundial de fútbol, en donde algunos de ellos, me incluyo, estaremos muy atentos a levantarnos a las 5 de la mañana, pero para ver si Messi al fin gana un mundial. Hoy en día por aquí en la ciudad hay despachos en los que hay procesos que llevan cinco y hasta siete años para dictar sentencia, y así con esa demora, hasta cualquier abogado, me vuelvo a incluir, preferiría que así fuere la Maja de Cúcuta administrara justicia, así fuere desde la cama con las comodidades que vimos. A propósito, ¿ahora que todos los días hablamos de Paz Total, es posible hablar de justicia al estilo La Maja Desnuda? Habrá que preguntarle al pintor Francisco de Goya.

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