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Trump, ¿obstruyendo la justicia?
Se sabe que el gobierno de Vladimir Putin interfirió en la campaña norteamericana para tratar de favorecer la candidatura de Trump.
Sábado, 27 de Enero de 2018

Todavía no se había acallado el escándalo de la noticia de que el abogado personal de Trump le habría pagado $130.000 dólares a la actriz porno, conocida por el nombre de guerra de “Daniels La Tempestuosa”, para que no revelara la relación sexual que habría tenido con el empresario, años antes de que este aspirara a la Presidencia de los Estados Unidos, cuando el diario The New York Times estalló otro escándalo, esta vez de mayor calado y posibles consecuencias: a mediados del año pasado Trump habría pretendido despedir al Fiscal Especial encargado de investigar los posibles vínculos y colaboración de su campaña con el gobierno ruso.

La relación con La Tempestuosa, que ocurrió a los pocos meses del nacimiento de su hijo Barron, fue una nueva humillación para su esposa Melania, quien como consecuencia de ello habría cancelado su viaje para acompañarlo en las reuniones de altos dirigentes políticos y empresariales en Davos, Suiza. 

Melania se quedó en los Estados Unidos.

Se sabe que el gobierno de Vladimir Putin interfirió en la campaña norteamericana para tratar de favorecer la candidatura de Trump y perjudicar a Hillary Clinton, a quien odia desde sus tiempos como Secretaria de Estado, por enfrentarlo y denunciarlo por su irrespeto a los derechos humanos y por la invasión a Crimea. 

Jaqueros rusos penetraron los computadores del partido demócrata e hicieron circular cientos de correos sobre las actividades de ese partido. 

Igualmente, a través de las redes sociales, esparcieron noticias falsas y dañinas contra la candidata demócrata. 

La sospecha que surgió es la de la posible colaboración de asesores de la campaña de Trump en esos empeños. 

Estos asesores fueron nombrados, posteriormente, en altas posiciones en la Casa Blanca. 

Uno de ellos, el general Flynn, renunció menos de un mes después de ser nombrado Asesor de Seguridad Nacional de Trump, cuando se supo que le había mentido al Vicepresidente Pence y al FBI sobre el alcance y contenido de sus conversaciones con el Embajador de Rusia. Otros dos están presos por delitos relacionados con el lavado de activos.

El empeño fallido de Trump para que el anterior Director del FBI, James Comey, le declarara su lealtad personal, dijera públicamente que Trump no estaba bajo investigación por la trama rusa e hiciera a un lado la investigación sobre Flynn condujo, pocos días después, a que Trump lo despidiera como cabeza de la Oficina Federal de Investigaciones.

La salida de Comey condujo a que se nombrara a un respetado abogado, Bob Mueller, como Fiscal Especial para investigar los alcances de la interferencia de Rusia en la última elección presidencial (y la posible colusión con la campaña de Trump). Mueller y su equipo entrevistarán al Presidente sobre el tema. Sus abogados están negociando con el Fiscal las condiciones para esa entrevista. Pero Trump y su gente en la Casa Blanca, parecen asustados. Tanto que el New York Times, en su edición de este sábado, preguntó en su editorial, “Por qué el Sr. Trump le teme a la verdad?”.

En todo caso, los rumores que surgieron desde el año pasado de que el Presidente estaba planeando despedir al Fiscal Especial, resurgieron con más fuerza a finales de enero y fueron confirmados a ese diario por lo menos por cuatro personas conocedoras del asunto y cercanas a la Casa Blanca. El Washington Post, recurrió a otras fuentes, confirmó la información y también la publicó. Trump y su abogado lo niegan, por supuesto. Sin embargo, las sospechas de que el Presidente está tratando de interferir la justicia en la investigación sobre la trama rusa cada día se afianzan más.

La mayoría republicana, tanto en la Cámara como en el Senado, hasta el momento, siguen rodeando al Presidente.  Hasta cuándo continuarán protegiéndolo, no se sabe. La interferencia a la justicia es una falta muy grave, y fue la que condujo al juicio a Nixon y a su posterior renuncia. Si en las próximas elecciones los demócratas logran la mayoría en alguna de las dos cámaras, no existen dudas de que le abrirían un juicio en el Congreso al Presidente. Si ese fuera el caso, la Presidencia de Donald Trump llegaría a su final.

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