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Virgilio Barco Vargas, 100 años
Se cumplen 100 años del natalicio del expresidente nacido en Cúcuta el 17 de septiembre de 1921. El intento de mancillar su memoria y su honra en las últimas semanas, por “fuego” de paisanos, me incita a escribir este artículo. 
Martes, 2 de Febrero de 2021

Este año se cumplen 100 años del natalicio del expresidente liberal Virgilio Barco Vargas, nacido en Cúcuta el 17 de septiembre de 1921. El intento de mancillar su memoria y su honra en las últimas semanas, por “fuego” de paisanos, me incita a escribir este artículo. 
 
Al llegar el presidente Barco a la presidencia de la Republica venía Colombia de un gobierno que empezó con muy buena voluntad en todo sentido y terminó siendo de pesadilla por desastres políticos y naturales. Esa administración, la del presidente Belisario Betancur Cuartas, afrontó la muerte del ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla, la extradición, también inició el gobierno, y de buena fe, con las entonces autodenominadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia -FARC- un proceso de paz que fracasó rotundamente, y en el último año de esa administración, en el mes de noviembre de 1986, sobrevino la toma del Palacio del Justicia, en Bogotá, por parte del entonces grupo irregular M-19, luego vino el desastre de la avalancha de Armero, una semana después, con otra gran pérdida de vidas de compatriotas.  
 
A grosso modo, y para mencionar sólo lo de gran impacto periodístico y con lo que se toparán los indagadores del futuro, ese fue el país que recibió el presidente Virgilio Barco Vargas y que vivimos con angustia. Al iniciarse el gobierno Barco, el 7 de agosto de 1986, hacia doce años Colombia había terminado oficialmente el llamado Frente Nacional, pero los gobiernos de Alfonso López Michelsen, Julio César Turbay Ayala y Belisario Betancur se integraron paritariamente, pero sin alternancia. Fueron gobiernos elegidos en competencias electorales abiertas. Es decir, practicaron la responsabilidad compartida porque seguía vigente el mandato constitucional del artículo 120, de la Carta de 1886, sobre participación “adecuada y equitativa” al segundo en votos, a partir de 1978. Al posesionarse Barco como presidente, y de la mano de Fernando Cepeda Ulloa como ministro de Gobierno, acabó con todo lo anterior e implementó el llamado esquema Gobierno-oposición. Se acabó la paridad y no resucitó el sectarismo de mediados de siglo XX, que era lo que se temía. 
 
La administración Barco tampoco la tuvo fácil y con sus fieles escuderos Fernando Cepeda Ulloa, Gustavo Vasco Muñoz y Germán Montoya Vélez, supo afrontar situaciones difíciles: narcotráfico, bombas, la muerte de los candidatos presidenciales Jaime Pardo Leal, Bernardo Jaramillo Ossa, Luis Carlos Galán Sarmiento y Carlos Pizarro Leongómez. Además, también vivimos el asesinato de los primeros alcaldes populares y muchos dirigentes políticos que por amenazas o atentados tuvieron que abandonar sus pueblos, la decisión de apoyar la “séptima papeleta” para convocar la Asamblea constituyente. En fin, la administración del presidente Barco fue de pesadilla, y aquí, apelando a mi memoria, he querido dibujar un panorama de la época, de los años ochenta del siglo XX. Tiene razón el historiador inglés Malcolm Deas con el título de su libro: “Barco. Vida y sucesos de un presidente crucial y del violento mundo que enfrentó”. Carolina Barco Isakson, su hija, y en nombre de la familia, ha donado a la Nación las pertenencias del expresidente, para un museo, y el intermediario ha sido el cucuteño Luis Fernando Niño López, subdirector del Archivo General de la Nación.   

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