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Cúcuta Deportivo
Cúcuta se esconde del fantasma de la B
La Opinión presenta un ABC sobre lo que es el descenso.
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Jeider Rúa Giraldo
Sábado, 6 de Abril de 2019

Luego de haber jugado 14 partidos esta temporada, el Cúcuta  Deportivo sigue batallando por conservar su permanencia entre los ocho mejores de la Liga colombiana. La del once motilón ha sido una temporada especial. Si bien en el arranque dio un gran espectáculo y se consolidó como líder del fútbol colombiano hasta por 6 fechas consecutivas, en los últimos duelos ha tenido un bajonazo que le ha hecho perder posiciones y dar ventaja respecto a los nuevos líderes de la tabla cafetera. 

Ya son cuatro partidos seguidos en los que los motilones no han podido sumar. Tanto de local como de visitante han caído y, aunque siguen entre los ocho mejores (son sextos con 21 unidades), lo realmente importante es no despegar el ojo de la tabla del descenso, siendo que el verdadero objetivo del año es salvar la categoría y firmar la permanencia para el 2020 en el fútbol grande de Colombia.

Son seis partidos los que le faltan al Cúcuta Deportivo para acabar la fase regular de Liga Águila 2019-I, y entre los rivales que se vienen hay nombres como Junior, Tolima y América de Cali, por lo que el panorama se torna tenso.

En este 2019 el equipo del argentino Sebastián Méndez empezó a soñar con volver a salir campeón luego de ascender, y aunque todavía es posible, la mirilla está puesta en acumular puntos y salir de la zona roja: el descenso. 

Centrados en ese objetivo, La Opinión presenta un ABC sobre lo que es el descenso y por qué todavía es muy temprano para hablar de volver a la segunda categoría. 

A. ¿Cómo funciona el descenso? 

Lo primero que hay que entender es que aunque se juegan dos campeonatos durante el año, solo se desciende cuando se acaban las dos temporadas. Es decir, los dos equipos que van a la B se conocen en diciembre. 

Según el reglamento de la Dimayor, para la tabla del descenso se tienen en cuenta los resultados que los clubes de la A han conseguido desde la temporada I del 2017 hasta la actual. Todos esos puntos se suman y así se saca el promedio de fin de año.

Cabe recordar que los dos equipos que ascienden (para este año el Cúcuta Deportivo y el Unión Magdalena) llegan a la A heredando los puntos y los goles del penúltimo equipo de esa tabla, por lo que tienen que arreglárselas para salir del bache con un promedio realmente inferior a los que están más lejos de perder la categoría. En el caso de la Liga colombiana son Nacional y Medellín con 173 y 153 puntos acumulados, respectivamente. 
 
B. La situación actual

Cuando se mira la tabla del descenso (a la fecha 13 de la Liga), el Cúcuta Deportivo ocupa la posición 14, a solo cinco puntos del 18, que es Rionegro y que está en la zona directa de descenso. El último es Unión Magdalena (19), equipo que ascendió junto a los motilones pero que ha vivido una campaña que tiene más pena que gloria.

Los motilones cuentan con 109 puntos y están casi en la mitad de esa clasificación, pero aun así un par de traspiés podrían hacerlos caer hasta el fondo. 

El Cúcuta Deportivo logró en el arranque de la competencia un colchón de puntos que lo tienen lejos del peligro, sin embargo la mala racha de los últimos partidos ha empezado a jugarle en contra. 

La prueba de fuego para el elenco fronterizo se dará hoy, cuando enfrente a Millonarios. El problema sería que se desperdicie otra oportunidad de sumar así sea de a uno. 

La situación actual del equipo requiere un replanteamiento técnico y un mejor trabajo físico que mantenga un plantel competitivo durante lo que queda del año. Hasta el momento y luego de la exigencia de la Liga, los jugadores han cosechado fatiga y sobrecarga muscular, convirtiéndose en los dos peores enemigos de la era Méndez. Eso, sin contar con que el Cúcuta Deportivo no juega competencias internacionales. 

Está claro que la culpa de los malos resultados no es toda del cuerpo técnico, pero sí es su responsabilidad mantener a los hombres a punto para jugar cuando se les necesite. También lo es de los jugadores, que deben entender la responsabilidad que es portar el color rojinegro en su camiseta.

Sebastián Méndez asumió la responsabilidad tras la derrota ante Pasto (1-3) y aseguró que los mismos jugadores (titulares) pidieron descanso, pero hay que recordar que son deportistas de alto rendimiento y que deben responder. Es allí donde entra a jugar la preparación física que se tenga.

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C. Queda tiempo para recuperarse

A pesar del mal momento y de que las cosas no le salgan al equipo como se espera, todavía queda tiempo para clasificarse entre los ocho mejores y toda una temporada más para salvarse del descenso; será trabajo de Méndez saber dosificar su nómina y tener a todos los jugadores listos para responder por lo alto. 

El Cúcuta Deportivo no es el peor equipo de la Liga, y aunque solo esté a cinco puntos de la zona roja, todavía tiene al menos 26 partidos en este 2019 para escapar de la B. El equino no ha descendido y no está cerca –todavía– de hacerlo, sin embargo la regularidad en competencia dará su dictamen en diciembre próximo. 

El equipo atraviesa un bache, pero ya ha demostrado –y ante equipos grandes como Santa Fe y Once Caldas–, que tiene todo para ser competitivo. El quid del asunto está en saber, con una nómina realmente reducida comparada con la de otros planteles, enfrentar lo que se viene. 

Las bases del equipo están bien cimentadas, solo queda darle más minutos a los suplentes y brindarle confianza a jugadores emergentes como lo es el argentino Lisandro Cabrera, que marcó el único tanto del equipo motilón en el último partido. 

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