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Cúcuta Deportivo
Esteban Giraldo, un guardameta trotamundos
El arquero llegó al rojinegro en enero del presente año.
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Gustavo Contreras
Gustavo Contreras Sabogal
Lunes, 8 de Junio de 2020

El arco es la más ingrata de la posiciones en una cancha de fútbol. Bien decía Eduardo Galeano en su obra El Fútbol a Sol y Sombra que el arquero era un aguafiestas del gol y el que pagaba las malas tardes de todo un equipo.

En los barrios y canchas no solamente de Cúcuta sino de gran parte del mundo, al arco iba el más iiregular de los jugadores de campo. Fue así como el paisa Esteban Giraldo ingresó al mundo del fútbol.

“No me gustaba a pesar de que toda mi familia es muy futbolera. Llegué a las canchas por no estar solo, pues mis amigos se la pasaban jugando fútbol y yo no podía quedarme ahí sin hacerlo pero no tenía condiciones, era malo,  y por eso llegué a la portería”, contó el segundo arquero del Cúcuta Deportivo en este 2020.

Un inicio traumático

Giraldo, quien nació en Medellín el 3 de junio de 1992, inició a jugar fútbol a los 11 años, edad en la que casi pierde la vida a causa de un bacteria.

“Cuando empecé a jugar con mis amigos, le agarré gusto al fútbol. Luego le dije a mi papá que ya quería entrenar y me llevó al Atlético Nacional para empezar este camino. Evolucioné rápido y el día que iba a disputar mi primer partido en el Pony Fútbol, comienzo a sentirme mal obligándome a abandonar la cancha e ir a un hospital”, relató el guardameta de 2 metros de estatura.

El diagnóstico no era nada alentador.

“Tras los exámenes se me diagnostica una artritis séptica en la cadera izquierda que casi me mata. Estuve un mes hospitalizado y en ese tiempo me realizaron cuatro cirugías de lavado de cadera. Logré salir a una recuperación de seis meses, de los cuales tres estuve en muletas. Creo que a esa edad uno no asimila bien la situación. Sabía que me iba a mejorar pero no que iba a continuar jugando fútbol”, narró Giraldo.

Después de su recuperación, su padre Carlos quería que continuara jugando y lo llevó a la escuela deportivo Campoamor de la capital antioqueña.

“Llegué a Campoamor con la intensión de entrenar pero fue frustrante porque el dolor en pierna izquierda era muy grande y no era capaz ni de saltar un cono de 10 centímetros. Salía llorando de los entrenamientos pero mi papá siempre me apoyó y pude superar la situación”, dijo.

En Campoamor, equipo en el que jugó Edwin Cardona, Giraldo estuvo desde los 13 años hasta casi sus quince. Allí pudo disputar en la categoría Sub-14, torneos de liga antioqueña en los que tuvo buenas actuaciones, haciendo que estas lo llevaran al Independiente Medellín.

“El Medellín me llama y yo me voy a jugar en la categoría Sub-15 con ellos. Ahí compartí equipo con Juan Camilo Chaverra. Estuve solo un año pero fue de aprendizajes”, afirmó el guardameta.

Luego de pasar por Nacional, Campoamor y Medellín, Giraldo se fue al Envigado.

“En Envigado estuve entrenando con la plantilla profesional como tercer arquero pero el técnico de la Sub-16, mi categoría en ese momento, no  me ponía a jugar  y eso me aburrió”, confesó el arquero.

Preparación al Sur del continente

No encajar en los equipos de su región hizo que el joven soñador buscará otros rumbos. Por medio de un amigo de su papá, encontró una oportunidad para ir a probarse a Argentina.

“Me presento en Gimnasia y Esgrima de La Plata y paso. Me dan la oportunidad de estar dos años con el club en los que pude jugar quinta y cuarta categoría. Allí aprendí mucho. Me cambió la mentalidad y pude ser más disciplinado. Hubo momentos duros en la casa-hogar porque el club estaba mal estructurado y algunos días no había comida, pero eso me fortaleció”, contó.

Luego de su pasó por el club que hoy dirige Diego Armando Maradona, el paisa tuvo la oportunidad de ir al Unión Temuco de la Segunda División de Chile para jugar el campeonato Nacional Sub-20.

“En 2012 llegó a Temuco donde me fue bien en el Torneo Sub-20. Por mi rendimiento, Colo Colo se fija en mí y buscan una opción de préstamo que no se pudo concretar por problemas que tenía Temuco. Igual, alcancé a entrenar casi todo el primer semestre de 2013 con Colo Colo”, dijo.

Tras el fallido préstamo, Giraldo vuelve a Unión Temuco al último semestre del equipo, antes de fusionarse con Deportes Temuco.

“Estuve como segundo arquero del equipo y me dieron la oportunidad de pisar una cancha como profesional todo el segundo tiempo de un partido contra O’higgins, en el que no me marcaron”.

Regreso a Colombia

Giraldo se quedó sin oportunidad en Chile y decidió retornar a casa. En ese momento, surgieron dudas acerca de seguir jugando fútbol pero siempre se mantuvo en la filosofía de que “primero me deja el fútbol antes que yo dejarlo a él”.

En 2014, el exfutbolista León Darío Muñoz lo llevó a entrenar a un equipo que tenía en Medellín. En mayo, decide irse a probar a Portuguesa en Brasil pero no pudo concretar la posibilidad.

“Estuve entrenándome hasta que para el primer semestre de 2015 me sale una oportunidad en el Deportivo Pasto con  el técnico Héctor Quintabani y no dudo en tomarla. Estuve ahí seis meses en los que pude jugar dos partidos de Copa contra Popayán y Valledupar”, contó.

Brasil, el nuevo destino

El Deportivo Pasto renovó plantilla a mitad de 2015 y Giraldo se quedó nuevamente sin equipo. Por ello, luego de entrenar un semestre de forma independiente, decidió tomar como destinó al fútbol brasilero.

“Llego como tercer arquero a Guaraní de la Serie C del Brasileirao y de la Serie B en el Paulista. No pude jugar pero crecí entrenando”, contó.

De Guaraní pasó a Gremio Catanduvense para el primer semestre del 2017.

“Jugué unos partidos como titular pero hubo muchos problemas con los pagos y la mitad del plantel se fue. Futbolísticamente nos fue mal”.

Sobre su experiencia en Brasil, Giraldo afirmó que buena y a pesar de jugar en primera categoría, el nivel de juego es muy alto.

Posteriormente vuelve a Colombia, nuevamente sin equipo. “Vengo al país a buscar un club pero fue muy complicado. Todavía se mantiene la mentalidad de que si el arquero no es extranjero no marcará diferencias. Fue realmente complicado”, dijo el actual guardameta rojinegro.

Dos años en Guatemala

Para el 2018, se presenta una nueva oportunidad en la carrera deportiva de Giraldo. El Deportivo Carchá  de la segunda división guatemalteca, lo ficha como arquero titular.

“No lo pensé y de una tomé mis maletas y llegué a Carchá. No logramos el ascenso pero individualmente me fue muy bien. Fui la segunda valla menos vencida del torneo”, contó Giraldo.

“Mi paso por Carcha fue agradable. Es un municipio muy indígena, y de cierto modo la vida fue un poco pesada porque hubo un distanciamiento en la parte social. Como anécdota recuerdo que en diciembre llegó el primer centro comercial y me pareció bonito ver cómo la gente hacía fila para montar a las escaleras eléctricas”.

En 2019, Giraldo llegaría al Sacachispas, de la misma división pero en ciudad de Chiquimula. Allí actuó en algunos partidos con un buen rendimiento según cuenta el portero pero en lo colectivo no se logró el ascenso.

Sobre el fútbol guatemalteco opinó que es muy aguerrido, con similitudes al uruguayo.

“Es un fútbol que no ha evolucionado por temas de corrupción. Los terrenos de juego son malos pero hay mucho talento”.  

Llegada al Cúcuta

Esteban Giraldo llegó al rojinegro en enero del presente año luego de probarse ante el director técnico de ese momento, Jairo ‘El Viejo’ Patiño. Con el club, firmó hasta diciembre. Su llegada se dio gracias a la recomendación de Milton Patiño, exarquero profesional y hermano del extimonel motilón.

“Cuando llegué a la ciudad desmentí muchas cosas. Se dice mucho en el interior del país por los temas de seguridad y la situación de la migración pero quedé sorprendido con lo linda que es Cúcuta. Fue una grata sorpresa porque uno llega con cierto temor”, expresó el guardameta.

Sobre el General Santander, dijo que es uno de los estadios más bonitos del país aunque dejo en claro que hace falta mayor mantenimiento. “Es un estadio con una cancha grande y muy buena”.

Frente a la hinchada dijo que es grande y que entiende todos los alegatos pues comprende que el Cúcuta Deportivo es un histórico que no puede regresar a la Segunda División.  

A la fecha no ha podido disputar ningún partido con el rojinegro.

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