Las peticiones que han oficiado las directivas del colegio Juan Atalaya, en busca de ayuda para intervenir la sede Antonio María Claret, que ha venido presentado fallas en su estructura, no han tenido respuesta positiva.

Cuatro aulas de la institución tuvieron que ser cerradas y los estudiantes trasladados a otros salones. Una cinta de peligro es la única alerta que tienen los estudiantes. Las grietas, con el paso de los días, se hacen más evidentes y el peligro aumenta. 

Los maestros, además de tener la tarea de enseñar, también deben estar pendientes de que los inquietos niños no transiten por la zona que han denominado de alto riego.

Los alumnos de tercero, cuarto y quinto grados, fueron los afectados. Tuvieron que dejar sus aulas  hace un año. Recientemente tuvieron que hacer lo mismo con una de preescolar.

Desde hace dos años la Alcaldía tiene conocimiento de la situación. Los maestros recuerdan que han sido varias las veces que han ido funcionarios pero “miran, toman fotos y no vuelven con una solución”.

Julián Téllez, estudiante de preescolar, aunque ve la cinta amarilla, aún no comprende muy bien porqué sus maestros constantemente le están diciendo que por ahí, uno de los pasillos centrales, no puede correr y jugar como quisiera. Ese actuar inocente entristece a los maestros, pues aseguran que esta situación limita el uso de espacios de la institución a los estudiantes.

Los papás se han unido para una vez más expresar su preocupación por la situación. Dicen conocer las gestiones que ha adelantado la rectora de la institución, María Luisa López, pero cuestionan el lento actuar de la alcaldía.

Yonny Pascual Contreras, secretario de Infraestructura, dijo que el año pasado hicieron la visita a la sede y están buscando los recursos para mejorar la infraestructura de los salones.

“En estos momentos se intervienen 21 instituciones educativas. Se están recuperando aulas, comedores infantiles y  áreas deportivas”, dijo, y reconoció que faltan más colegios por intervenir. 

“Estamos buscamos los recursos, pues ya se tiene el diagnóstico de cada uno de los colegios”, agregó.

Y es que recientemente el alcalde de Cúcuta César Rojas reconoció que la infraestructura educativa en la ciudad es deficiente y aseguró que se buscarán los recursos para hacer una renovación.

Sin embargo, sin una solución cercana, estos estudiantes seguirán expuestos al peligro de las aulas en las que por años aprendieron y a las que hoy le temen.