¿Se ha preguntado sobre la tragedia que podría ocurrir en su familia cuando sale de casa y va a la calle por compras, al banco, a jugar el chance o simplemente a saludar a un familiar o un amigo?.
“El palo no está para hacer cucharas”, le dice Ana Duarte, de 38 años, al mayor de sus tres hijos que tiene 23. El joven se la ha pasado en la calle paseando en su moto, de un lado para otro. Me dice que le está haciendo mandados a los vecinos en los bancos y en el supermercado, dice la mujer.
Estos pesos que se está ganando el hijo de Ana en la cuarentena decretada por las autoridades hasta el próximo 13 de abril, podrían ser los últimos de su vida y los de su familia, si no le da cumplimiento al confinamiento que exige estar en casa.
Pero la cosa es que el mal comportamiento del hijo de esta mujer que vive en Prados del Este, también se refleja en la gran cantidad de cucuteños que el lunes salieron a las calles como si nada estuviera pasando. Al menos eso fue lo que se observó en sectores del Centro, Los Caobos, Guaimaral, Tasajero, y avenidas como Los Libertadores, Diagonal Santander, Demetrio Mendoza, Cero, Los Faroles y la Camilo Daza.
Las zonas más concurridas eran el centro y las afueras de las entidades bancarias y supermercados de cadena, sectores en los que no se observó a la Policía imponiendo comparendos ni preguntando a la gente en misión de qué se encontraba en la calle.
Como si se tratara de un día normal, así lucía ayer el paisaje en la avenida quinta de Cúcuta, con público y automotores movilizándose como si la pandemia ya se hubiera acabado.
A juicio del médico especialista Arturo Arias, ha faltado mano dura en Cúcuta para hacer cumplir las medidas de confinamiento. “De nada sirve todo el esfuerzo que se está haciendo en clínicas y hospitales, los mismos médicos y enfermeras, si las autoridades no son enérgicas con quienes incumplen las medidas decretadas para la cuarentena”, dijo este profesional de la medicina.
Hasta el lunes se completaban 16 casos confirmados de COVID-19 en esta frontera, de los cuales 15 son de Cúcuta y 1 de Villa del Rosario.
Lo que más preocupa de la indisciplina de los cucuteños es que no solo se relajaron los jóvenes, también los adultos mayores, que fueron vistos caminando por los andenes de la avenida Guaimaral, Gran Colombia, y el mismo centro, violando de manera flagrante el toque de queda que impera para personas mayores de 70 años.
Ante este desatino que puso en riesgo la salud pública en Cúcuta, y ante la situación crítica que atraviesa el país y la ciudad por la pandemia del coronavirus, muchos pidieron medidas excepcionales para evitar que siga violando la cuarentena.
Hasta el pasado sábado se llevaban impuestas un total de 1.411 multas por infringir las normas de aislamiento en Cúcuta, cifra que pudo haberse triplicado el lunes, si las autoridades aplicaran el reglamento como se debe.
La Opinión conoció por llamadas que hicieron líderes de barrios, que algunos negocios de venta de licor en Prados del Este estarían concentrando bebedores sin ninguna medida de protección.
El lunes, vecinos que sí están cumpliendo a cabalidad la cuarentena en las ciudadelas de Atalaya y La Libertad le reclamaron a Yáñez y a la Policía mano dura con los infractores. “Si esto no ocurre estamos jodidos”, dijo Fernando Mejía, vecino de Aniversario II.
El comandante de Policía de Cúcuta, José Luis Palomino, indicó que sus hombres hacen presencia en todos los sectores a los que más público acude, y que los controles se están cumpliendo.
Al ser consultado por el mal comportamiento que reinó el lunes en Cúcuta, el secretario de Gobierno, Francisco Cuadros, lamentó lo sucedido e indicó que se está concertando con el alcalde Jairo Yáñez y con Presidencia de la República si se adoptan más medidas preventivas en los próximos días.
El Procurador General de la Nación, Fernando Carrillo Flórez, aseguró que la militarización de las ciudades debe ser la última fase a la que se debe llegar, y advirtió que “tocará acudir a esos extremos”, en las poblaciones que no cumplan con la cuarentena obligatoria.
