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Cúcuta
Cúcuta: riesgo sísmico de los mayores del país
Así lo determinan estudios de la escuela de Ingeniería Civil de la Universidad Francisco de Paula Santander.
Martes, 17 de Mayo de 2016

La probabilidad de que ocurran sismos de alto impacto en Cúcuta no es una teoría descabellada si se tiene en cuenta que, según los analistas, la ciudad podría experimentar movimientos de magnitud 8.0, en condiciones de extrema superficialidad de estos eventos.

Así lo determinan estudios de la escuela de Ingeniería Civil de la Universidad Francisco de Paula Santander, según los cuales la ciudad está en un riesgo mayor que otras localidades del país de sufrir graves afectaciones por movimientos telúricos.

El mismo mapa de amenaza sísmica nacional del Servicio Geológico Colombiano ubica al departamento y, por ende, a la ciudad en una zona de alta amenaza sísmica.

Características

Cúcuta tiene tres fuentes sismogénicas cercanas, como son las fallas geológicas de Boconó y Uribante Caparo (del lado venezolano), además de la falla frontal de la cordillera oriental (del lado colombiano), cuya presencia es determinante en la sismicidad de la ciudad.

La falla Boconó se define desde la costa venezolana hasta la cordillera oriental de Colombia, al sur de Cúcuta.

Por su parte, la falla frontal presenta una serie de sismos asociados de todo tipo de magnitud y de profundidades que llegan hasta los 60 kilómetros. 

En esas fuentes sísmicas hay probabilidad alta de generarse un sismo de magnitud 8.0, es decir, treinta y dos mil veces más potente que la energía que libera un sismo de magnitud 7.0. 

Sin embargo, su promedio anual de frecuencia mundial es uno.

Cada una de las fallas geológicas divide la ciudad en tres sectores con características de suelo diferente: la ciudadela de Juan Atalaya, valle del río Pamplonita y ciudadela de La Libertad.

De acuerdo con Carlos Flórez, magíster en ingeniería geotécnica y sísmica de la Universidad de Los Andes y docente de la Ufps, la realidad de la ciudad en materia de este tipo de riesgo, es preocupante. 

Cúcuta se encuentra ubicada en una de las zonas de mayor actividad sísmica del país y, además de las fallas que la caracterizan, tiene vecindad con otro de los puntos alarmantes en el ámbito nacional: el nido de Bucaramanga.

En esta zona, se producen casi cinco mil sismos al año.

Sin embargo, la profundidad de estos oscilan entre 100 y 150 kilómetros, “afortunadamente pues, de lo contrario, las consecuencias serían desastrosas”, señala Flórez.

Según los últimos estudios del Servicio Geológico de Colombia sobre los aspectos de neotectónica de Cúcuta, hay actividad reciente. 

“Es decir, no solo tenemos como referente histórico el sismos de 1875 que destruyó toda la ciudad”, explica Flórez. “Esto se ha seguido moviendo con frecuencia aunque con sismos de baja intensidad”.

Según Flórez, es innegable que en Cúcuta “la cosa sísmica se mueve”, razón por la cual es fundamental que se haga especial énfasis en la gestión y mitigación de riesgos.

Atalaya, una damnificada

La ciudadela Juan Atalaya está atravesada por la falla Tasajero, la misma de Boconó que, al llegar a Colombia toma este nombre.

Desde hace años sus habitantes sufren los efectos de enormes grietas que constantemente reparan y rellenan, pero siempre vuelven a aparecer.

Las viviendas del barrio Camilo Daza, es solo un ejemplo de los efectos de la presencia de esta falla que, prácticamente, todos los días se está moviendo.

Si bien no es imposible construir en estas zonas, sin la microzonificación sísmica es imposible definir criterios para hacer edificaciones más resistentes.

Además, aunque estas viviendas pudieron haberse construido después de 1984, cuando se creó la Norma Sismorresistente, su vulnerabilidad es alta porque se desconoce el tipo de bases y criterios técnicos que las sostienen.

Casi veinte años sin hacer microzonificación sísmica

La falta de un estudio de microzonificación sísmica, que permitira tener plena certeza sobre el estado de riesgo de cada zona de la ciudad es, sin duda, una de las deudas que han dejado las últimas administraciones.

Orlando Joves, secretario de Planeación municipal, precisó que si bien el municipio está en mora de efectuar el proceso, este ya está contemplado en la actualización del plan de ordenamiento territorial.

Para el funcionario, el estudio es urgente, dado que permite contemplar algunas obras de mitigación de riesgo para salvaguardar la  vida de los ciudadanos y la infraestructura de la ciudad.

Además, dijo, “se podría analizar la legalización de zonas de alto riesgo de las cuales hoy no se sabe con certeza cuál es su índice de afectación”.

En caso de que se lograra definir si algunos asentamientos y nuevos barrios no están en sectores de alto riesgo, “tendríamos un escenario interesante de legalización que generaría más ingreso en los tributos”.

Jorge Joya, funcionario de Planeación, expresó que pese a la ausencia del estudio,  los constructores de la ciudad utilizan los valores más altos y que indican mayor riesgo para edificar, lo cual “blinda” las estructuras.

“Nosotros cumplimos la norma y la tendencia es a utilizar el mayor valor, al tope, aunque esto implique una mayor inversión para los constructores”, afirmó. “Con el estudio, no solo habría un beneficio para ellos, sino que se prestaría un servicio para toda la ciudad”.

Se calcula que el estudio costaría más de 4 mil millones de pesos.

Estudian sísmica metropolitana

El plan de desarrollo metropolitano, que se encuentra actualizando el Área Metropolitana, incluirá un estudio de microzonificación para los seis municipios que la integran.

Así lo anunció el arquitecto Efraín Pacheco, director técnico de la entidad quien indicó que con este nuevo estudio “se facilitarán las acciones para un desarrollo integral, como región”.

De acuerdo con el funcionario, la relevancia de esta iniciativa está dada en la urgencia de que los municipios comiencen a obtener resultados como un todo, para su desarrollo arquitectónico, social y económico en Villa del Rosario, Los Patios, San Cayetano, Puerto Santander, Cúcuta y El Zulia.

Además de ello, se prevé que mejoren las condiciones de uso de los suelos porque, al no tener los detalles de las condiciones de los terrenos no solo hay riesgo de que se construya donde no se debe, sino que podrían estar subutilizándose sectores que tengan condiciones favorables para edificaciones en altura.

“Este estudio le da un impulso a los constructores porque saben qué estructuras edificar”, dijo Pacheco. “Con él, tendremos más competitividad, un ordenamiento territorial que no sea desordenado, y la certeza de que cada elemento que integre la ciudad tiene las garantías de estabilidad y durabilidad para los ciudadanos”.

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