La Opinión
Suscríbete
Elecciones 2023 Elecciones 2023 mobile
Cúcuta
Desminado humanitario tiene a cucuteña como pionera
La capitán Adriana Osorio Cifuentes sabe que en la vida lo que se consigue con esfuerzo tiene un significado especial.
Image
La opinión
La Opinión
Sábado, 25 de Agosto de 2018

Al servicio del Ejército tiene 13 años, se ha caracterizado por ser de temple y ponerse el uniforme representa un compromiso. Con disciplina se ha ganado el respeto y es la primera mujer monitora en desminado humanitario.

El camino recorrido por la cucuteña Adriana Osorio Cifuentes, le ha mostrado que en la vida lo que se consigue con esfuerzo tiene un significado especial. A sus 35 años, es capitán del Ejército colombiano.

Uno de los momentos que ha marcado su carrera militar fue ver de cerca el impacto de las minas antipersonal. “Estos artefactos mutilan, hieren y asesinan, sin importar si es un militar, una mujer, un niño o un campesino”.

De su aventura por el Ejército y de sus vivencias en la tierra que la vio nacer, habló la capitán Osorio, dejando ver que los militares no son de otro mundo y que como cualquier mortal ríen, sueñan y se regocijan haciéndole el bien a la humanidad.

¿Qué recuerda de su niñez?

El compartir en familia y con amigos en una ciudad caliente en clima pero también en calor humano. Cúcuta es heroica y triunfal, me encanta el himno desde la primera vez que lo escuché en el colegio. Cita en las estrofas a las mujeres ejemplares de la historia.

¿Una travesura que recuerde?

En la mayoría están involucrados mis hermanos. Papá era más condescendiente y mamá exigente. Un día mi hermano saltó a una mecedora y encima fuimos los otros dos, rompiéndose la pata. Como pudimos se pegó la mecedora y cuando mi mamá llegó del trabajo y se recostó se cayó, pensando que había salido mala. No podíamos de la risa y jamás se enteró de la travesura, solo tiempo después.

¿Valores inculcados que conserva? 

Nuestros padres, Miguel Osorio Cordero (fallecido) y Cristina Cifuentes, nos educaron bajo el respeto y la disciplina. Sus enseñanzas formaron a personas honestas y justas. Mis hermanos son Wilson y Alexander, luego vengo yo y la menor es Karolina.

¿Abogada antes que militar?

Al terminar el bachillerato en el colegio Cardenal Sancha, por el puntaje en el Icfes de 350, entré a medicina en la Universidad del Rosario, pero no era mi pasión. Retorné a Cúcuta y me matriculé en derecho en la universidad Libre, graduándome en 2004. En 2005 abrieron convocatorias en el Ejército y mi papá me llevó a Bogotá y me presenté en la Escuela Militar de Cadetes, general José María Córdova. Mi papá era el más ilusionado, tanto que la mayor Adalgiza Colmenares (hoy coronel), decía que él era mi estafeta.

¿No pensó en desertar?

Desde el inicio supe que era una carrera de sacrificio y de retos diarios por alcanzar la satisfacción del deber cumplido. En el curso entendí que las cosas se ganan y que un error puede afectar a otros. Aprendí a valorar la familia, un plato de comida caliente, un abrazo. 

¿Cuál ha sido el secreto para escalar como mujer en el Ejército?

Hacer las tareas con pasión. Portar el uniforme es un honor y tanto hombres como mujeres tienen la misión de servir. Ser militar no es un empleo, representa vocación y si uno no está dispuesto a servir las 24 horas, está en el lugar equivocado. 

¿En dónde ha prestado sus servicios?

Cuando ascendí al grado de subteniente, a finales de 2005, serví como asesora jurídica en la Quinta Brigada del Ejército de Bucaramanga. De allí pasé a la Segunda Brigada, en Barranquilla, donde me desempeñé como asesora jurídica del comandante. Luego fui destinada a la Escuela Militar de Cadetes General José María Córdova, desempeñándome como comandante del primer pelotón de mujeres aspirantes a oficiales de armas. Tras esta experiencia fui a la Brigada Móvil 26 y fui nombrada coordinadora jurídica militar en la Fuerza de Tarea Zeus, unidad donde me encontré de frente con la problemática de los artefactos explosivos (minas antipersonal).

¿Ahí se dio el inicio para convertirse en monitora de desminado?

Por la labor en la Fuerza de Tarea Zeus, me trasladan al Centro Nacional Contra Artefactos Explosivos Improvisados y Minas, como asesora legal. Trabajé en las líneas estratégicas de acción, en propuestas para contrarrestar los efectos de las minas y artefactos explosivos. Tras esta labor fui trasladada a la Inspección General del Ejército, con la finalidad de crear el grupo de monitores en Desminado Humanitario de acuerdo con el Decreto 007 de 2014. 

¿Por qué afirma que la realidad de las minas la llevó a pensar en algo más?

No todo podía reducirse a una denuncia y pensé en sensibilizar a los fiscales que llevan las denuncias, pues la mayoría de casos terminaban archivadas. Entre 2010 y 2012, existieron 215 personas afectadas por artefactos explosivos en la la jurisdicción de la Fuerza de Tarea Sur del Tolima, de las cuales el 84% fueron militares. 

¿Qué significa ser monitora de desminado humanitario?

Un honor. Se lo debo a Dios y a la Virgen, a mi familia y compañeros militares. No solo fue la pasión, sino las enseñanzas de un excelente grupo de oficiales y suboficiales, como mi general Néstor Robinson Vallejo. 

¿Qué retos implica esa labor?

Son innumerables y van desde la esfera del conocimiento para estar siempre actualizada, como en la condición física y mental para permanecer en las áreas de desminado humanitario. Hay que tener autoridad, experiencia y criterios para asesorar a los hombres y mujeres en campo. El Ejército, a través de la Brigada de Desminado Humanitario y sus siete Batallones de Desminado, está interviniendo en 132 municipios en 21 departamentos del país.

¿Qué historias la han marcado como parte de esa labor?

Lo que más me agrada de este trabajo es ver a la población civil agradecida y orgullosa de los hombres y mujeres del Ejército. Ver que el trabajo repercute directamente en la calidad de vida de los semejantes llena de motivación y más cuando campesinos, indígenas y mujeres, son felices volviendo a cultivar la tierra sin el temor a quedar amputados por un enemigo silencioso como las minas antipersonal.

¿Qué viene en su carrera y hacia donde la proyecta?

Actualmente soy estudiada por el comité de ascensos para optar por el grado de Mayor. Quiero enfocarme en aprender un segundo idioma para optar por el doctorado en leyes y seguir sirviéndole al Ejército y a mi Colombia amada como militar.

Temas del Día