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Cúcuta
En hospital de Cúcuta, niña colombo-venezolana salvó su brazo
Se llama Carla Michell Piñeros Zambrano, tiene ocho años, sufre de leucemia y un mal procedimiento casi se le convierte en tragedia.
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Johan Manuel García
Viernes, 22 de Septiembre de 2017

Carla Michell Piñeros Zambrano ya tiene lista su maleta, en ella lleva la inocencia con la que llegó a Colombia y unas ganas indescriptibles de encontrarse nuevamente con su hermanita.

Mientras tanto, en su habitación del Hospital Universitario Erasmo Meoz, cuenta las horas para que llegue el sábado, día en que volverá a Venezuela.

Recibe a sus visitas con un fuerte y largo abrazo.

"Quiero jugar con mi hermanita y con mis amigos, jugar con mis patines, dibujar,  usar la tablet y ver televisión", dice con su voz suave, que se confunde entre un tono tímido y sonrisas.

Esta pequeña de tan solo 8 años, sufrió un giro de 180 grados en su vida. Primero, hace aproximadamente cuatro meses cuando le detectaron leucemia linfoblástica, luego, cuando por culpa de una jeringa usada y un mal procedimiento en Venezuela, estuvo a punto de perder uno de sus brazos.

Llegó el pasado mes de julio a Colombia, procedente del país vecino, con más de un 80% de posibilidades de sufrir la amputación de su brazo izquierdo.

En ese país le practicaron quimioterapias con medicamentos vencidos, lo que terminó de complicar su salud.

Fue el cáncer y la mala apariencia que tenía el brazo, la que hizo desesperar a sus familiares, quienes en sus últimos intentos de hacer algo por ella, escribieron un mensaje a un número en Colombia, el cual les habían recomendado.

Era 14 de julio, y en Cúcuta ese día Pilar Serrano recibió un mensaje de Whatsapp, tenía claro que se trataba de un teléfono fuera del país. En él, alguien que le escribía de manera desesperada, le pidió ayuda y le contó de un caso de una niña que estaba a punto de perder el brazo.

"Somos de escasos recursos y aquí nada se consigue, además de esta situación a la niña le colocaron una inyección en un bracito y esto hizo que se formara una trombosis venosa, ya se le comenzó a podrir y a comer el brazo", decía parte del mensaje.

Pilar Serrano es la presidenta de la junta directiva y representante legal de la Fundación Soñar, la misma que recoge tapitas en todo el departamento para ayudar a los niños con cáncer.

Se conmovió al ver la situación de esta infante, por medio de unas fotos que le envió su tía.

La situación la llevó a mover cielo y tierra, tanto así que una llamada a Víctor Bautista,  director para el Desarrollo y la Integración Fronteriza de la Cancillería y la ayuda de Baudilio Peñaranda Cáceres, Cónsul de Colombia en Mérida, fueron claves para que la niña llegara a Colombia.

Tres días después de ese mensaje, Carla Michell fue recibida en la sala de pediatría del Huem, en Cúcuta.

Desde ahí comenzó un duro proceso,  el procedimiento con una jeringa usada produjo una infección bacteriana. En la herida se veía gran parte del músculo del brazo, lo que empeoraba el panorama porque las primeras evaluaciones apuntaban a una amputación.

Mientras tanto, la pequeña duró semanas sin pronunciar una palabra, tanto así que un otorrinolaringólogo la visitó. 

Sin embargo, lo que Carla Michell tenía era miedo,  miedo por su enfermedad, miedo por los procedimientos, miedo por estar en un país que no conocía.

Ahora, a pocos días de cumplir tres meses en Cúcuta, la niña saldrá de alta por su sorprendente recuperación, gracias a tratamientos y cirugía, en su brazo izquierdo solo hay una cicatriz, pero en su rostro la felicidad absoluta.

Ahora sus pensamientos no solo están en jugar, asegura que cuando sea grande va a ser doctora, para cuidar y curar a los niños. Esa labor la alternará también siendo profesora de natación, porque le encantan las piscinas.

Por último quiere ser Miss Venezuela, porque siempre le ha gustado el modelaje y la pasarela.

La 'Señorita Popeta'

Así la llama Pilar Serrano, porque la niña no puede pasar un día sin probar este producto hecho en Colombia.

A Pilar le dice "mi tercera mamá", y sonríe enfrente de su madre Yorelys Zambrano, que llora de la alegría con cada palabra que pronuncia.

Con sus popetas modela, disfruta y hasta logra crear un comercial de televisión recomendando a los niños a probarlas.

Pilar logró hacer los trámites necesarios para contactar al padre de la niña, un colombo venezolano, refugiado en España, gracias a eso, la niña recibió recientemente su tarjeta de identidad colombiana.

Con eso, está garantizado que la fundación podrá seguir al frente del tratamiento que lleva la niña.

El sábado le darán de alta, termina una parte de su tratamiento, irá a su casa a descansar y luego hará el segundo ciclo de quimioterapia, que está contemplado durante un año, de manera ambulatoria.

No es solo Carla Michell

Las ilusiones y los sueños de Carla Michell revivieron gracias a la Fundación Soñar que ha costeado la estadía y el tratamiento de la niña en Cúcuta: su traslado en ambulancia desde Puerto Santander, sus días en la habitación aislada en la que se encuentra y su manutención.

Esa es la misión de esta fundación, que solventa sus gastos gracias a las tapas que recoge diariamente en cajas ubicadas en cada uno de los municipios de Norte de Santander.

Cuenta Pilar Serrano, que la mejor forma de ayudar a la fundación es aportando las tapitas, aunque también se pueden hacer donaciones.

No solo es Carla Michell, también hay más niños, colombianos y venezolanos, que están allí gracias a esta fundación.

"Desde PediaSure, hasta auxilios fúnebres brindamos como fundación, sin embargo, lo último es lo que menos queremos que pase", agrega.

Pero también está el personal médico que dedica cada uno de sus días a los niños, con ellos, Pilar vive agradecida cada día.

Carla Michell volverá a Cúcuta, a hacer su segundo ciclo de quimioterapias, aquí conocerá el cine, quiere ir a ver muchas películas. También irá al Ecoparque a bañarse en la piscina.

Sin dejar a sus popetas de lado, la niña cuenta uno a uno los próximos sueños que quiere cumplir, demostrando que a pesar de su corta edad, la valentía y la fe que la acompañan son indestructibles.

 *Nombres y fotos autorizadas.

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