Los trapos rojos que cuelgan en las ventanas de las 124 familias que viven en Los Mangos, avisan que necesitan ayuda en estos días de aislamiento social obligatorio, para evitar la propagación del coronavirus; sin embargo, aunque el fuerte viento del sector los hace ondear, nadie externo a la comunidad los ve.

Los vecinos dicen estar desesperados pues ya los alimentos comienzan a escasear y no tienen la posibilidad de salir a buscar el sustento diario por las medidas estatales que se han adoptado. Aseguran que tampoco ninguna entidad ha ido a ver en las condiciones en las que viven.

“Hay casas donde hay más de una familia con niños y ancianos. Los días pasan y para nosotros todo es igual. Nos hemos ayudado solventando las necesidades entre nosotros, pero ya no damos para más”, asegura Virginia Jaimes, líder y residente del sector.

Y es que desde 2008 cuando el gobierno Nacional entregó este complejo habitacional a desplazados de la región, han tenido que sobrellevar varias dificultades. Pasaron muchos años como un barrio fantasma, tuvieron que frenar invasiones y esperar para tener sus calles pavimentadas y cuando esperaban que la situación mejoraría llegó la pandemia por COVIC-19. 

“La verdad es que ya no sabemos qué hacer. De no recibir ayudas vamos a tener que salir y romper la cuarentena, para exigir que nos brinden algún auxilio”, cuenta Jaimes. Y aunque la alcaldía de Cúcuta ha hecho brigadas de entregas de ayudas y mercador en varios sectores vulnerables de la ciudad, esta comunidad no ha salido beneficiada.

Los Mangos está ubicado a 15 minutos de Cúcuta por la vía que conduce hacia el corregimiento Carmen de Tonchalá.