Un total de 38 pacientes venezolanos que permanecen internados en el hospital universitario Erasmo Meoz sin que nadie los reclame se convirtieron en otro dolor de cabeza para las autoridades de salud que no saben qué pasará con ellos.

La situación, expuesta durante la más reciente sesión del Consejo de Política Social es preocupante, según el Instituto Departamental de Salud, entidad que solicitó a las autoridades migratorias que definan una ruta de acompañamiento, o redes de apoyo que permitan hacer seguimiento a los casos.

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Según el Instituto, entre los pacientes que tienen condiciones complejas de salud y recuperación se encuentra un paciente psiquiátrico que fue recogido por las autoridades migratorias, pero luego quedó en abandono.

Sobre este caso se explicó que ya se logró que sea internado en el hospital mental Rudesindo Soto, pero se desconoce qué ocurrirá con él cuando se estabilice, y esa misma inquietud quedó en el recinto sobre los demás pacientes.

Se conoció además que la mayoría de los pacientes están en condición migratoria irregular, sin Tarjeta de Movilidad Fronteriza o Permiso Especial de Permanencia, razón por la cual se desconoce cuál será su futuro.

De otro lado, se indicó que la población venezolana que requiere atención casi triplica la población pobre no asegurada del departamento.

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“Hasta ahora podemos garantizar únicamente la atención especial de urgencias y eso es casi atender al que tenga riesgo de morir”, expresó Eusebio González, coordinador del Centro regulador de urgencias y emergencias.

El funcionario señaló además que ahora no solo acuden enfermos por necesidades básicas o urgencias, sino que también llegan todo tipo de heridos, incluso desde San Cristóbal a recibir atención en esta zona.