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Cúcuta
Peligroso caracol invadió a parque La Ceiba de Cúcuta
Se recogieron 43 kilos de caracol en cuatro días, pero la falta de apoyo municipal ha frenado la erradicación.
Martes, 1 de Diciembre de 2015

Ocultos entre la tierra y los árboles del parque de La Ceiba, el bacteriólogo Juan Carlos Zambrano, encontró hace tres años los primeros brotes del caracol africano gigante en esta zona de Cúcuta.

La vegetación y el nivel de humedad del parque lo convirtieron en el lugar propicio para la proliferación del caracol, especie exótica invasora.

A plena luz del día la especie es imperceptible, pues se entierra entre 15 y 30 centímetros, pero al caer la noche empieza su desfile por jardineras y árboles.

Zambrano asegura que los primeros caracoles fueron traídos por los vecinos al parque luego de enterarse de las complicaciones para la salud que traían estas especies.

“Al principio, la gente tenía estos caracoles en su casa para tratamientos estéticos, pero luego de que se dio a conocer la peligrosidad de su baba, que podía estar contaminada con parásitos y bacterias que pueden ocasionar enfermedades, los abandonaron acá”, precisó Zambrano.

Al percatarse de esta situación, consultó con el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) para determinar si el animal que estaba acabando con las plantas del parque era el temible caracol africano.

Los vecinos temían que las personas que frecuentan el parque se contaminaran al tener contacto con el caracol u objetos que el animal hubiese impregnado con su baba.

Una fotografía bastó para que Mauricio Montes, del Laboratorio de Diagnóstico Fitosanitario del ICA, le confirmara sus sospechas.

Posteriormente, Zambrano gestionó los recursos para enviar muestras de los caracoles a Bogotá para continuar con los estudios. Cada envío le costó $153 mil.

El bacteriólogo intenta trabajar un plan de erradicación manual del animal, siguiendo recomendaciones de expertos en su manejo, cómo Rubén Varela Miranda, investigador de la Universidad de Antioquia, que asegura que desde 2012 la plaga se extendió en 27 departamentos.

Varela asegura que en un municipio del Valle se recolectó más de una tonelada de caracoles africanos. En el parque de La Ceiba se recogieron 43 kilos de caracol en cuatro días, pero la falta de apoyo municipal ha frenado la erradicación.

Nubia Florez, presidenta de La Ceiba, dijo que alertó a Corponor de la presencia del caracol, pero la entidad solo llegó con charlas educativas.

“Corponor nos envió una bióloga que habló sobre cómo tratar estos animales, porqué son nocivos, y de qué cuidados tener en la erradicación”, explicó Florez. “Nos dijeron que era deber de la comunidad y de la Alcaldía, a través de la Secretaría de Salud, hacer la erradicación”.

Corponor asegura que este sitio fue visitado y se socializaron las medidas de prevención y acción pertinentes con la comunidad.

“En la Secretaría de Salud nunca nos atendieron y decían que la erradicación era deber de Corponor”, explicó Zambrano, plan de erradicación en mano.

Por su parte, Deissy Machuca, secretaria de Salud, dijo que envió personal a hacer revisión al parque con el fin de educar a la comunidad en cómo se controla y se asean los sitios donde esta la especie.

La resolución 654 de 2011 del Ministerio de Medio Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial dicta que a nivel regional, las autoridades ambientales deberán propiciar espacios de carácter regional con la participación de las Secretarías de Agricultura, de Salud, Oficinas Seccionales del ICA, para efectos de avanzar en la adopción medidas preventivas y de control de la especie, de manera concertada y armonizada.

Plan de erradicación

El bacteriólogo Juan Carlos Zambrano y los vecinos esperan que el padrino del parque, Juan Carlos Ernesto Prada, propietario de un local de comidas rápidas, y la Alcaldía adopten rápidamente el plan de erradicación.

“En un mes podríamos terminar la erradicación, mensualmente se harían inspecciones para acabar por completo con esta especie”, explicó el bacteriólogo.

Zambrano plantea utilizar métodos químicos como sal y cal. Esta especie también se erradica mediante asfixia en bolsas plásticas.

Adicionalmente, los residuos deben ser incinerados y botados según especifica la ley. La empresa de aseo cobra $2 mil 500 por kilo de residuos.

*La Opinión

 

 

 

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