La ilusión que tenía Felipe Cáceres de contribuir con su proyecto de grado a mejorar la movilidad en el centro de Cúcuta se frustró al no encontrar eco en la secretaría de Tránsito y el consorcio que maneja los semáforos en la ciudad a quienes les presentó su propuesta.
El malestar y frustración que sintió los reflejó en redes sociales el estudiante de 22 años, pronto a recibirse como ingeniero industrial de la Universidad Francisco de Paula Santander, con la más alta calificación de su proyecto de grado ‘Propuesta de asignación de ciclos semafóricos para la disminución de la congestión vehicular en la ciudad de San José de Cúcuta, empleando modelamiento matemático’.
Cáceres acompañado del tutor del proyecto acudió muy ilusionado a reunirse el pasado martes con Mauricio Pereira, gerente del Consorcio Servicios de Tránsito y Movilidad de Cúcuta y el secretario de Tránsito, Mayid Gene, a quienes les expuso su iniciativa, laureada en la academia.
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“Hola amigos. Quiero contarles que nos reunimos con la secretaría de Tránsito y con el consorcio que maneja los semáforos. Salimos bastante cabizbajos. ¿Qué nos dijo el consorcio? Según ellos, no se pueden cambiar los tiempos de los semáforos (de la mayoría). Según el cronograma de la concesión, para diciembre de este año, 45 de las 61 intersecciones (del sistema de mi tesis) deberían estar renovadas. Y lo están. Entonces, ¿modernizaron la red instalando semáforos a los que no se les pueden cambiar los tiempos?”, escribió Felipe en un hilo en Twitter.
El universitario le contó a La Opinión que sintió que su propuesta no había sido tomada en serio, quizá por su juventud, pese a que les dejó claro a sus interlocutores que no buscaba ningún lucro personal y que la implementación de la misma costaría cero pesos.
Agregó que el interés justamente como parte de la nueva generación es el de aportar al desarrollo y bienestar de los habitantes de Cúcuta, y atendiendo la invitación que un día como candidato les hizo el alcalde Jairo Yáñez de abrir las puertas de su administración a la juventud y a la academia.
Negativas y excusas fueron las esgrimidas por la contraparte, según Cáceres. “Dieron 2 razones: 1) el programa que cambia los tiempos necesita Windows XP y 2) no encuentran el adaptador de un cable. Claramente, hay formas muy sencillas de solucionar esto. Las presentamos. Aun así, se negaron a intentar implementar la propuesta. En los estudios previos presentados (7 de noviembre de 2017), el consorcio reconoce la obsolescencia de los controladores de tráfico. Entonces, ¿se obviaron estos estudios técnicos? ¿Se modernizó la red usando software que utiliza un Windows que dejó de funcionar en 2014?”, fueron parte de sus interrogantes.
Explicó que el punto principal de su propuesta es disminuir los tiempos de espera de los vehículos en las 61 intersecciones viales de la zona céntrica, donde se registra alta congestión porque en la mayoría los tiempos de los semáforos no son los óptimos.
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Dijo que como están ahora funcionando y como está proponiendo, reduciría en un porcentaje importante los tiempos de espera con beneficios para el conductor ahorrando tiempo en semáforo y atascos, y para la salud del peatón porque un mejor flujo de vehículos disminuye la emisión de dióxido de carbono.
“Otro aspecto es el costo de oportunidad y en la sustentación de la memoria de grado dije que con toda la plata que se pierde en Colombia en un año por trancones se podría construir otro túnel de La Línea completo”.
Mauricio Pereira, gerente del Consorcio Servicios de Tránsito y Movilidad de Cúcuta, dijo que no le cerraron las puertas a Felipe Cáceres. “Consideramos que los planteamientos que tiene son interesantes y estamos abiertos completamente al diálogo y al trabajo conjunto”, añadió.
Agregó que le hicieron algunas observaciones sobre sus planeamientos, entre ellas las condiciones actuales de la red de semáforos del centro ya que la propuesta es actuar sobre todo el sistema y en buena parte aún hay equipos con más de 20 y 30 años de servicio, pero que de acuerdo al cronograma del contrato ya hay disponibles dos corredores viales donde es posible aplicar la intervención como Cáceres plantea.
