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Cúcuta
Soy lesbiana y quiero ser general: teniente coronel de la Policía
Estuvo expulsada 11 años de la institución por su orientación sexual. Visitó Cúcuta para participar en el Festival del Orgullo Diverso.
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Domingo, 30 de Junio de 2019

Los capítulos que le ha tocado vivir a la teniente coronel de la Policía, Sandra Yaneth Mora Morales, son de película.

Es lesbiana y de nadie esconde su orientación sexual, por el contrario, lo expresa abiertamente y ello le valió que fuera expulsada 11 años de la institución por un oficial que no concebía que una mujer en esas condiciones perteneciera a la Policía. 

Pero el tiempo dictó sentencia a su favor y regresó. Ese –dijo– fue quizás el día más feliz de su vida, ‘porque la justicia reconoció que no por ser lesbiana era diferente a los demás. No por ser lesbiana dejaba de ser profesional y policía’.

A sus 47 años no para un momento de expresar que nadie es diferente a los demás, que todos nacimos con los mismos derechos. Hay una sola raza, y punto, sentencia. 

Ella, nació en Villavicencio y está felizmente casada con otra mujer,  es hoy la jefe de la oficina de Derechos Humanos de la Policía Metropolitana de Bogotá. La semana pasada estuvo en Cúcuta para participar de los actos del 4 Festival del Orgullo Diverso.

Habla sin rodeos, pausada, y no tiene pelos en la lengua para decir lo que piensa, claro, siempre en el marco del respeto, siempre con testimonios, para dar más fuerza y contundencia a lo que expresa.

(Sandra Yaneth Mora estuvo en Cúcuta dando a conocer el trabajo que adelanta en la institución en materia de derechos humanos.)

¿Qué es lo que más duro le ha tocado enfrentar por su orientación sexual?

Estar donde estoy hoy me ha costado 47 años. Uno se tiene que reconocer y aceptar como es. Mire, yo me leí la biblia tres veces y recorrí siete iglesias, porque pensé que ser lesbiana era pecado. Luego me hicieron un exorcismo porque dizque tenía el espíritu de la homosexualidad, me caí muchas veces, pero me levanté más lesbiana que nunca.

¿Por qué le nació ser policía?

Mi sueño era ser médico, pero de niña fui víctima de un secuestro y al volver a la libertad me dije que si salía bien librada de este episodio sería policía, para que nadie más me volviera a hacer daño.

¿Fue traumático para su familia conocer la noticia de su orientación sexual?

Todo depende de la formación de nuestras casas. Mi papá me decía: Sandra, yo sueño llevándola al altar para entregarla en su matrimonio, y yo decía para mis adentros ¡virgen santísima! Sufrí mucho, porque yo no me iba a casar con un hombre. No iba a ser infeliz por agradar a mis padres, eso quedó muy claro y así se cumplió, porque desde pequeña, tuve claro lo que iba a ser.

Sucedió después de graduarme como subteniente. Fui con mi pareja, con la persona que inicié mi primera relación homosexual, reuní a mi mamá, mi papá y a mis tres hermanos. Mi padre guardó silencio, sé que le dio muy duro, pero cada día lo amo más porque me respetó. Él es un hombre que se puede decir machista, pero me comprendió y me comprende. Y mi madre me dijo usted puede ser lo que sea en la vida menos ladrona.

¿Por qué fue retirada de la Policía, cuál fue el motivo?

En 1999 encontré una barrera cuando un coronel me presenta ante una junta y no dice directamente que por homosexual, dice que la oficial, es decir yo, se ha observado con nexos paramilitares y narcotraficantes. En ese momento me sentí triplemente violentada porque esa persona se llevó por delante a toda mi familia. 

¿Pero fue reintegrada?

Desde el mismo momento que fui destituida se inició todo un proceso, la demanda para mi reintegro duró 11 años y 9 meses. Fui retirada en el 2000, me reintegraron el 1 de septiembre de 2011 y por los tiempos de trayectoria institucional, gracias a Dios y a la magistrada que analizó mi caso, se ordenó en la sentencia que en el momento de ser reintegrada fuera llamada a hacer los cursos a los que tenía derecho y que había perdido en el tiempo de destitución. 

Su lucha por la defensa de los derechos de las personas la ha llevado a convertirse en una especie de escudo para la Policía en esta materia, ¿siente que es una manera también de que se respete su orientación sexual?

Soy enemiga de la discriminación, de que se violenten los derechos de las personas, por eso mi lucha y mi trabajo es fortalecer la dignidad de las personas. Esto no es que vayamos para un solo lado, es que veamos las cosas con enfoque diferencial. Por eso mi lucha y mi trabajo es fortalecer la dignidad de las personas. 

¿Se superó la forma de ver a una mujer lesbiana en la Policía, o aún falta camino por recorrer?

El principal reto al que me he enfrentado en la Policía es que me reconozcan como profesional de policía, no por lesbiana. Yo no entré a la Policía por ser lesbiana, entré porque quería servir a mi país. Puedo decir que mi experiencia sirvió mucho para que se madurara en ese aspecto. Pero también puedo decir que la brecha que existía en conocimiento de los  derechos humanos se acortó. 

Ahora las quejas contra la Policía se han reducido considerablemente.

¿Desde su óptica, el colectivo LGBTI al que usted ahora pertenece aún sigue discriminado, señalado?

En el colectivo nos ven como las locas, el foforro, la droga, pero hoy hemos empezado a construir los imaginarios y hoy en día los eventos en los que participamos están llenos de armonía y de mucha familia.

¿Cómo los perjudica el que la sociedad aún mantenga una barrera con esta población?

Los estereotipos siguen vigentes: el homosexual es estilista, no sirve para más nada; las mujeres lesbianas: las areperas, las mariamachos; el gay, el roscón. Todo esto es violencia, pero a la sociedad le estamos demostrando que no es así. Habrá quien se descarrile, pero eso no significa que seamos lo perverso o la escoria.

Las quejas contra la Policía, en muchos casos son porque desconocen los derechos de las personas, ¿cómo se está trabajando para que esto cambie?

A los policías también los violenta la sociedad. Nosotros hoy nos estamos enfrentando a una estigmatización de la historia pasada. Hay un tema en la sociedad de mucha exigencia pero de pocos deberes. Cuando se habla de defensa de derechos humanos todo es en doble vía.

Aquí no es solo que la sociedad nos exija, también hay exigencias para la sociedad. La dinámica de la Policía no es violentar a nadie ni de irrespetarle los derechos a nadie. 

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