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Cultura
‘Decidí escribir para hacer una mejor ficción que la biblia’
A Juan Álvarez la novela histórica no le da miedo. Por el contrario, sus dos primeras obras fueron así.
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Jhon Jairo Jácome Ramírez
Sábado, 29 de Julio de 2017

 Su vida, su plan para escribir, su futuro y su participación en el primer concurso de crónica del departamento, hacen parte de esta entrevista.


A Juan Álvarez, la Feria del Libro de Guadalajara lo bautizó como uno de ‘los 25 secretos mejor guardados de América Latina’. Fue en el 2011, cuando ‘apenas’ tenía 33 años.

Hoy, este escritor nacido en Neiva en 1978 se ha ganado a pulso un puesto en la literatura colombiana, dictará talleres en el I Concurso Departamental de Crónica ‘Un Norte para contar’, del cual también será jurado. Álvarez estará en Tibú el 17 de agosto y el 18 en Pamplona.

En entrevista con La Opinión, Álvarez habló de sus inicios en la escritura (con una novela histórica), sus gustos literarios, lo que le ha servido para escribir, lo que viene a futuro en su carrera y hasta da consejos a los jóvenes que quieran hacer parte del concurso de crónica.  

¿Por qué escribir novela histórica, en un país que tiene tan mala memoria?

No creo que Colombia sea un país con mala memoria; creo que a Colombia le ha tocado armarse de mala memoria para poder pensar en alguna clase de futuro. La novela histórica, para mí, más que lidiar con el pasado, es también una de las tantas formas, a veces desesperadas, de organizar el futuro, sobre todo cuando el futuro de las negociaciones y la paz está en juego.

¿Ha pensado en escribir alguna novela que aborde el conflicto colombiano?

El tema de “el conflicto colombiano” entendido como un solo conflicto, no es algo que me interese: en mi trabajo siempre he tratado de elaborar con la idea de que hay muchos conflictos, varios conflictos, los conflictos. De hecho a finales de año sacaré un libro sobre el insulto en la historia de Colombia. Ahí habrá “conflicto colombiano” en varios sentidos.

Escribe cuentos. ¿Qué decirle a los jóvenes que piensan que sus cuentos o historias no son ‘buenos’ o ‘interesantes’? ¿Cómo salir de ese baúl oscuro que solo esconde un miedo al rechazo?

Ja! La escritura es, simplemente, la taxonomía del rechazo. A veces, por un guiño de la suerte, no; pero en general no podría entender la acción de escribir sin la resistencia: de uno mismo, del lenguaje, de los otros.

¿Cómo ha sido ese proceso de ‘salir a la luz’ para usted después de haber sido considerado ‘uno de los secretos mejor guardados de América Latina?

No lo sé. No creo que uno salga a la luz por ser nominado como uno de los mejores secretos guardados de América Latina. He tomado muchas decisiones, algunas malas, otras no tanto, pero todas me han permitido llegar hasta aquí, escribiendo y con la panza suficientemente llena.

¿Ha sentido la presión de tener que escribir después de que lo catalogaran así?

Esto ha sido una sola presionadera desde que me gané un concurso de cuento en la primaria.

¿Cómo es su proceso de escritura, tiene alguna rutina?

La rutina más importante para escribir es la de hacer ejercicio. La única manera de sobrevivir una vida de estar sentado frente a un computador, escribiendo en un teclado y jalando un ratón a toda hora, es haciendo ejercicio: estirar, correr, hacer abdominales, tratar con insistencia de evitar el tunel carpiano.

A la hora de escribir, ¿parte de una idea o una investigación?

En rigor, no creo que haya ideas sin investigación. Pero tampoco es posible arrancar una investigación sin ideas previas. Luego ambos movimientos, ambos destellos, se contaminan.

¿Qué lo motivó a escribir?

Hacer una mejor ficción que la biblia.

¿Le ha pasado alguna vez que leyendo algún libro haya pensado: puedo escribir algo mejor que esto? ¿Le ha pasado con algún escritor de los llamados ‘grandes de la literatura’?

Todo el tiempo. Aunque no sé a qué te refieres con grandes… ¿Los altos? Me pasa con frecuencia con la literatura colombiana, que en realidad es periodismo alargado.

¿Qué está leyendo en este momento? ¿Hacia dónde cree que va su escritura?

Estoy leyendo una biografía del agua y la historia de la manipulación de moléculas que han transformado el devenir del mundo. Mi escritura, maldita esa, me ha llevado a estudiar bioquímica de nuevo.

¿Qué libro ha empezado a leer y no ha terminado?

Empezar y terminar está sobrevalorado. Después de los treinta ya no se terminan de leer los libros de principio a fin. A veces me salto cosas, el tiempo es un recurso limitado.  

¿Un autor colombiano que le guste mucho?

Un autor colombiano que me gusta son dos mujeres: Margarita García Robayo, Gloria Susana Esquivel y Lina María Pérez.

¿Un autor nacional que siente que no ha sido valorado lo suficiente?

Jorge Ibarguengoitia, mexicano, pero como lo mató una avioneta colombiana, el pobre se convirtió en nuestra responsabilidad; en un compatriota más en la desgracia.

¿Qué proyectos vienen hacia futuro?

Sobrevivir. Luego una novela de ciencia ficción.

¿Le gusta la crónica?

Leo muchísima no ficción, claro.  

¿Qué elementos debe tener una buena crónica?

Elementos no muy lejanos a los que debe tener todo relato ambicioso, urgente, el relato que vuela en picada. Una historia que hipnotice, y no solo la contada, sino también la del autor que no es solo la del autor sino la del autor y sus alrededores y las armas que elige para que esa historia exista. La historia, el relato, nos devuelve la conciencia sobre lo humano, muy humano, como lo pone Didion: “We tell ourselves stories in order to live.”

¿Qué espera encontrar en los textos que harán parte del concurso de crónica de Norte de Santander?

Ideas e investigación. Un poco de punk, también.  

¿Qué decirle a los jóvenes del departamento para que se animen a escribir?

Que los seres humanos llevamos de la mano un delicioso deseo masoquista, y la escritura permite abrazarlo sin pena.

Finalmente, ¿qué historia se muere por contar y qué historia no contaría jamás?

Quisiera contar la historia de un femicidio que me timbró la testa: la historia de una compañera de colegio que fue mandada a asesinar por su esposo, padre de sus dos hijos. Y al mismo tiempo no quisiera contarla, porque es una historia dolorosa y mezquina, también politiquera. No quisiera contarla porque quisiera que nunca hubiera sucedido, pero solo contándola puedo conseguir combatirla en el pasado; transformarla.

Concurso de crónica

La Gobernación de Norte de Santander, la editorial Planeta y el diario La Opinión, se unieron para convocar al I Concurso Departamental de Crónica ‘Un Norte para contar’.

En el concurso pueden participar todas las personas interesadas en la escritura, con crónicas inéditas. Las categorías son: una para estudiantes de los grados 10 y 11 de bachillerato, otra para universitarios y la restante para público en general.

En las dos primeras, al momento de postularse, debe indicarse el nombre de la institución y en caso de ser seleccionados hay que presentar una constancia de estudio. Los participantes solo podrán presentar un trabajo por persona.

Los ganadores en cada categoría recibirán un premio de $3 millones y se escogerán las 15 mejores crónicas para publicar un libro con el respaldo de la editorial Planeta, permitiendo así que el talento regional sea conocido en todo el país.

Los temas para participar son: Frontera (relatos cuyo contexto sea la frontera entre Colombia y Venezuela o problemáticas que incidan en la vida regional). Catatumbo (historias alusivas a esta zona en las que se retrate la diversidad y el desarrollo). Paz (historias de paz en la región y de transformación social tras el fin de la guerra con las Farc).

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