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Cultura
La paz y la política en la vida de Alonso Ojeda
Médico y defensor de los derechos humanos.
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Cicerón Flórez Moya
Cicerón Flórez
Domingo, 19 de Julio de 2020

En su libro “La huella del tigre”, de reciente publicación, Alonso Ojeda Awad cuenta lo que ha sido su vida en el recorrido público que le ha correspondido. 

Nació en Ocaña el 31 de diciembre de 1944. Tiene título de doctor en medicina de la Universidad Nacional. También cursó estudios de política y pedagogía en la Universidad Pedagógica. Fue asesor de derechos humanos en la Defensoría del Pueblo y se desempeñó como embajador de Colombia en Hungría. Antes había incursionado en la política y se hizo amigo del sacerdote Camilo Torres, lo cual le abrió el camino para su vinculación al Eln, pero se apartó de ese movimiento y ha asumido la lucha por la igualdad y la justicia social. 

Es vicepresidente del Comité  Permanente de los Derechos Humanos. En la Universidad Pedagógica Nacional fue promotor de la cátedra de la paz. Otros libros de su autoría son: Pedagogía de paz y Convivencia y globalización.

Al calor de la publicación de “La huella del tigre”, Ojeda retoma sus vivencias que lo han marcado.

¿Qué representa para usted el libro de su autoría “La huella del Tigre”?

El libro es un esfuerzo testimonial de mi vida que se inicia en mi tierra natal Ocaña, continúa con mi encuentro en la Universidad Nacional de Colombia con el sacerdote y sociólogo Camilo Torres Restrepo y mi grado en la facultad como: “Doctor en Medicina y Cirugía”. Posteriormente continuando con el ejemplo de Camilo, me vínculo con el Eln. Más adelante contradicciones políticas e ideológicas me llevan a retirarme de esa organización y de esa forma de lucha armada, para encabezar un proceso político que se llamó “Replanteamiento”, donde buscábamos construir una sociedad justa e incluyente a través de la lucha política, no violenta que ejemplarizó en la India, Gandhi. Más tarde ingreso a la política. Fundo el Movimiento “Ayuda Mutua” con el que aspiro al Senado de la república. Soy nombrado Embajador Extraordinario y Plenipotencia en Budapest, Hungría. Regreso al país y dirijo por más de 10 años el Programa de Pedagogía de Paz de la Universidad Pedagógica Nacional. Soy nombrado asesor de Derechos Humanos de la Defensoría del Pueblo y del Ministerio del Interior y en los últimos años soy el vicepresidente del Comité Permanente de Defensa de los Derechos Humanos, adscrito a las Naciones Unidas. 

¿De la experiencia que le dejó su participación en el conflicto armado cuál es su visión de la paz en Colombia?

Las armas y la violencia solo traerán más violencia, dolor y muerte para el país. Es urgente entre todos los colombianos buscar los caminos de paz y comprometernos en lograr una sociedad justa, incluyentes, ética y solidaria. Solo la paz y la reconciliación de la gran familia colombiana hará posible una verdadera democracia y el urgente desarrollo sostenible que estamos requiriendo como nación. Me considero un trabajador por la paz y la justicia social.

¿Es el acuerdo con las Farc un aporte histórico a la paz?

Sin lugar a dudas el Acuerdo de Paz con las Farc, es un aporte histórico de grandes significaciones. Solo las jóvenes generaciones valorarán en su verdadera dimensión el profundo paso que significó haber firmado la Paz. Todos los hombres y mujeres de buena voluntad deben reconocer y ayudar para que los logros de la paz sean una realidad cierta todos los días de nuestra existencia.

¿Cómo ve al gobierno de Duque en relación con la paz?

Al gobierno de Iván Duque en relación con la paz lo veo muy mal. Da la sensación que Duque no tiene ninguna idea de lo que fueron los años de violencia y muerte en esta nación. Es inaceptable que todo el esfuerzo que hizo la sociedad colombiana por sacar los acuerdos de paz con las Farc adelante, y ahora Iván Duque irresponsablemente los vaya a volver trizas. Le quiero decir una cosa: si el gobierno de Duque vuelve trizas los acuerdos, no tendrá perdón de Dios. 

¿Son las Fuerzas Armadas de Colombia garantes de la seguridad y de los Derechos Humanos?

No señor. Las Fuerzas Armadas de Colombia no son garantes de la seguridad ni de los Derechos Humanos.

Es muy doloroso decir esto, pero es la dura realidad. Las Fuerzas Armadas se dejaron comprometer por intereses oscuros en la famosa política de “falsos positivos”. Esto era una infamia. El asesinato por prebendas económicas de decenas de colombianos humildes, es una afrenta para la honra de las Fuerzas Armadas.

¿Cree en la posibilidad de una negociación con el Eln?

Después que dejaron pasar la oportunidad histórica de lograr la paz con Juan Manuel Santos, el Eln se aleja cada vez más de esta oportunidad. Pienso que en el gobierno de Duque no hay posibilidades de negociación. Toca esperar mejores condiciones en el futuro donde ambas partes sean conscientes de la urgente necesidad de paz que reclama con angustia nuestra agobiada sociedad.

¿Cuál es perfil de Camilo Torres?

Camilo Torres Restrepo tiene un perfil muy alto en la conciencia colectiva de Colombia. El haber sido sacerdote católico, capellán de la Universidad Nacional, fundador de la primera facultad de sociología del país, profesor universitario, escritor de textos lo ubica en un sitio de mucho reconocimiento nacional.  Camilo entendió como pocos el profundo dolor y la profunda soledad del pueblo raso colombiano y hacia allá enfiló sus esfuerzos y su vocación transformadora. Desafortunadamente, las mismas clases dirigentes donde él había nacido y los sectores plutocráticos de la Iglesia colombiana le cerraron las puertas y lo lanzaron solo al torbellino de la lucha armada. Con Camilo se perdió la verdadera oportunidad de haber transformado la vieja sociedad feudal y haber ganado un espacio real para una verdadera democracia. Toda la propuesta política e ideológica se quedó allí esperando el regreso del sacerdote y apóstol de la Teología de la Liberación, de la Justicia Social.

Por qué no ha sido más activo en la política colombiana?

He desarrollado la actividad que las ocasiones específicas me han señalado. En el año de 1993 consideré que era el momento de organizar con la gente buena y sincera un movimiento político que nos permitiera actuar en elecciones y que llamé “Movimiento Nacional Ayuda Mutua”. Era un movimiento para ayudar y ayudarnos entre todos. Me sirvió para conocer el país, sus dificultades, sus falencias, pero también sus fortalezas. Con “Ayuda Mutua” llegué a Budapest y me sirvió para discutir con sus gobernantes los desafíos sociales de esa tierra generosa, que me recibió como un hijo. Cuando estuve en los procesos electorales trataron de meter dineros sucios a mi campaña y lo rechacé tajantemente. Si algo he tenido claro es mantener mi frente en alto y plantear siempre las salidas sociales y negociadas que requieren los duros procesos que vivimos. No me angustio. Cada cual debe cumplir un papel sobre la tierra. Lo importante es hacerlo con honestidad y transparencia.

¿Tiene más libros por publicar?

Tengo por disciplina escribir una columna de prensa cada semana. Pienso que más adelante haremos una selección de esas páginas y escribiré un nuevo texto. Ahora he pensado en escribir sobre la Inteligencia emocional de Goleman y Ledouce, un neurofisiólogo muy importante. Vamos a ver si logro armar un libro sobre “Las emociones”.

¿En lo público, cuáles proyectos están en su agenda?

Me preocupa mucho las múltiples dificultades que enfrenta la paz y la constante violación a los Derechos Humanos, en especial el sagrado derecho a la vida.

Mi mayor compromiso en estas circunstancias es desempeñarme como vicepresidente del Comité Permanente de Derechos Humanos. 

Si Colombia no lograr parar estas olas de asesinatos sobre dirigentes sociales y excombatientes de las antiguas Farc, el futuro de este país no va a ser viable.

Relato de una intensa vida

“La huella del tigre” es el libro escrito por el médico ocañero Alonso Ojeda Awad. Es la narración de la historia de una vida, la del autor, con la dinámica que tuvieron los hechos. Ramón Jimeno, quien hace el prólogo de la obra, dice: “Las memorias siempre son relevantes, pues permiten entender, interpretar y profundizar complejos procesos sociales. Los protagonistas que narran sus experiencias en los conflictos contribuyen a superar la desinformación y a recuperar valiosos fragmentos de la historia que de otra forma se desvanecerían sin remedio. Las memorias de Alonso Ojeda Awad -El Tigre- alrededor de la lucha armada, del tránsito a la vida civil y de la recuperación del sentido de la política sin violencia, aportan mucho. Con una narrativa sencilla, honesta y sin pretensiones, refleja la manera de pensar de un sector muy importante de la izquierda”.

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