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La pelota caliente seduce a los niños de Cúcuta
Tres hermanos promueven la práctica del béisbol en la ciudad como una alternativa diferente al fútbol.
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Jeider Rúa Giraldo
Sábado, 1 de Julio de 2017

Cuando se habla de béisbol en Cúcuta, la mente se traslada a Venezuela, o en su defecto a ciudades de la costa Caribe como Barranquilla o Cartagena. Y es así, pues en esta ciudad fronteriza si bien hay gente a la que le gusta el deporte de la bola de trapo, hay otro tanto que pasa del tema, o porque no le interesa o simplemente porque desde hace mucho no se ha ofrecido otro deporte como opción más allá del fútbol. 

Cuando se le pregunta a un pequeño sobre su deportista favorito, lo que se suele escuchar son los nombres de Cristiano Ronaldo, Messi o James Rodríguez. 

Algo distinto pasa si en su lugar la pregunta es por nombres como Julio Teherán o José Quintana. No se siente la misma familiaridad, no se sienten tan propios como los nombres del portugués del Real Madrid o el del argentino del Barcelona. Aunque ellos también estén sacando la cara por Colombia en el exterior, sus acciones como peloteros no serán igual o más reconocidas que las de Falcao García o el mismo James.

Entre otras razones, es por eso que en Cúcuta, Francisco, Alejandro, Ángel y Manuel Suárez, cuatro hermanos colombo venezolanos con vasto conocimiento del béisbol, se han puesto en la tarea de darles una nueva alternativa deportiva a los niños y jóvenes de la ciudad. Su meta es que se vuelva a jugar ese deporte en Cúcuta. 

Tres escuelas

La iniciativa de los hermanos Suárez nació hace dos meses. En compañía de varios amigos empezaron a entrenar con 10 niños que se interesaron en aprender lo básico sobre el béisbol. Hoy son más de 100 pequeños los que se han sumado, y que forman parte de tres escuelas que tienen su lugar de entrenamiento en los barrios Carora, Alto Pamplonita y Rudesindo Soto. ‘Los Pancheros’ son de Carora, ‘Cachorros’ de Alto Pamplonita y ‘Guerreros’ de Rudesindo Soto; así se bautizaron los tres grupos que siguen creciendo.

Francisco Suárez, uno de los hermanos, cuenta que empezar con los entrenamientos ha sido complicado por la falta de implementos deportivos, aún más con la cantidad de niños que se han ido vinculando a las escuelas. Sin embargo, por enseñarles no se les cobra ni se les exige llevar guantes, bates o pelotas. “Esto lo hacemos con un sentido social, nosotros lo que queremos es que este nuevo deporte para la ciudad se vea y la gente se familiarice. Ponemos lo conocimientos a su disposición y ellos se han interesado”, explicó.

Metas Altas

Así los entrenamientos se hagan en canchas de fútbol y no de béisbol, lo que sí se puede ver al llegar a cada uno de los barrios es la alegría de los niños al lograr batear o atrapar una de las pelotas. Aunque apenas se están familiarizando con este deporte, las metas son altas.  “Siempre quiero que sea la hora del entreno (...) Yo juego porque es divertido; que me digan que soy bueno bateando y por eso quiero llegar a ser profesional”, fue lo que contó Juan Pablo Pérez, de 10 años, que según su acompañante, ha encontrado un deporte que le gusta y, también, una salida al mundo de la tecnología que “parece que los absorbiera (a los niños) en la casa”.

‘Hay Madera’

A pesar de llevar poco tiempo, los buenos resultados se van dando en los niños. Dentro de los grupos hay varios de ellos que, según sus instructores, tienen lo que se necesita para llegar a jugar profesionalmente, eso sí, con la disciplina y dedicación necesarias.

Otra de las ideas de este grupo de deportistas, aparte de motivar a los niños a practicar otro deporte, es enseñarles las oportunidades que tienen al practicarlo. “Con esto tenemos una proyección, esto no es para hoy, ni mañana. Acá estamos trabajando y entrenando a los muchachos y quien quita que en el futuro de acá salgan unos para Grandes Ligas, o puedan acceder a alguna beca. Lo bueno es que sí hay con qué”, agregó Alejandro Suárez, otro de los hermanos.

Un proyecto

Los hermanos entrenadores saben que apenas es el comienzo, pero visualizan su idea como un “gran proyecto para la ciudad”. Los Suárez ya hicieron llegar su idea al IMRD (Instituto Municipal para la Recreación y el Deporte) y la respuesta ha sido positiva. Ya se les ha ayudado con algunos implementos para sus prácticas que, a pesar de no ser mucho, les ha sido de ayuda. Aunque el Instituto no tiene todavía un plan o un proyecto establecido para el béisbol, en la ciudad “el proyecto va”.

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