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Economía
Conozca los emprendedores que se unieron a la ruta naranja
Los ganadores recibieron 10 millones de pesos para impulsar sus ideas.
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Daniel Villán Bustamante
Jueves, 29 de Noviembre de 2018

Artesanías, tecnología, música y productos naturales hicieron parte de las ideas de negocio de 21 emprendedores de Norte de Santander reconocidos por el presidente Iván Duque como la nueva generación de empresarios que le apuntan a la economía naranja, en el marco del taller ‘Construyendo País’.

Los ganadores arrancan una nueva etapa para sus negocios con la ‘Ruta de Emprendimiento Naranja’, de la que recibieron 10 millones de pesos para impulsar sus ideas y el acompañamiento de iNNpulsa y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud) durante un año.

La actividad conocida como el ‘Gran desafío naranja’ inició el 21 de noviembre con 206 inscripciones al proceso, 40 emprendimientos fueron preseleccionados y se presentaron en un discurso (pitch) final ante una mesa liderada por Juan Salcedo, creador de la aplicación Tappsi.

El coordinador residente de la Organización de Naciones Unidas y representante del Pnud, Martín Santiago Herrero, resaltó que el ‘Gran desafío naranja’ pone en escena al emprendimiento como generador de oportunidades y desarrollo regional.

Por su parte, Ignacio Gaitán, gerente general de iNNpulsa Colombia, aseguró que los 21 emprendedores ganadores presentaron iniciativas en al menos 11 sectores de mercado. “Con el apoyo del gobierno y el Pnud vamos a acompañarlos a preincubar los proyectos para que desarrollen su potencial y puedan cambiar la vida de muchas personas”, agregó.

Crab

Crab es una empresa que nació en noviembre de 2016, con el objetivo de mantener la tradición de las alpargatas convencionales, pero imprimiéndoles diseños modernos.

Danitza Espinel, Lorena Jaimes y Jessica Gómez son las emprendedoras que diseñan, elaboran y comercializan las alpargatas en lona, además de ser la primera marca del país en tener una línea exclusiva en cuero.

“Norte de Santander y en general el país se encuentra en un momento económico delicado, sin embargo, y gracias a todos los avances en tecnología, estamos con nuestros clientes en un clic. A pesar de que emprender y hacer empresa en el país no es sencillo, todo es posible para el que cree”, aseguró Espinel.

Jhony Cifuentes ayuda a los pimpineros de Norte de Santander para que se pasen a la legalidad. El Ministerio de Minas y Energía destaca su trabajo.

Fundación Horizonte de juventud-Asociación Indígena Ambengapa de Colombia

Jhony Cifuentes, director de la fundación, cuenta que hace más de cinco años tuvieron la idea de apuntarle a la conservación de la cultura ancestral indígena a través de productos derivados del cannabis.

“Pensamos en comercializar y aprovechar los beneficios de la planta que están científicamente comprobados; esto, aunado con la legislación indígena que permitía crear una alianza entre mi fundación, la asociación y la comunidad, dio como resultado una oportunidad de negocio”, explicó Cifuentes.

El emprendimiento maneja cuatro tipos de productos, la planta de cannabis, aceites, gotas y cremas faciales o ungüentos. “Estamos abiertos a otras ideas como bolsos y billeteras hechas en base de cáñamo; y en la parte culinaria estamos preparando productos que van a sorprender”, indicó el emprendedor.

A mediano plazo, Cifuentes y su equipo de trabajo quieren que el proyecto se una fuente de empleo y desarrollo, la empresa está ubicada en el barrio San Gregorio de Villa del Rosario.

Con el capital semilla recibido y el apoyo de las entidades del gobierno buscarán conseguir una licencia para el cultivo de la planta. Por ahora, la legislación indígena les permite trabajar la planta, además de ahorrarles los costos de los permisos de comercialización.

“Los costos son alcanzables para las comunidades y eso nos permite que no solo sean las grandes multinacionales quienes puedan aprovechar este mercado”, puntualizó Cifuentes.

Arte en La Chuspa

Eliana Mayorga, cofundadora de la marca de artesanías Arte en La Chuspa, contó que en sus viajes por los municipios de Colombia, tuvo la oportunidad de conocer la calidad y variedad de las artesanías colombianas. “También eran evidentes las difíciles condiciones de vivienda, educación, alimentación, recreación y deporte de estas comunidades”, explicó Mayorga.

La emprendedora comenzó a preguntarse si para comprar las artesanías diferentes artesanías tenía que viajar hasta cada pueblo. En ese momento, surgió la idea de crear una página web para que comercializar los productos de los artesanos sin necesidad de grandes inversiones en locales.

Mayorga resaltó que los productos que venden en línea son hechos a mano y representan la cultura de las comunidades, “de esta manera ayudamos a mantener viva las tradiciones”, añadió.

“Con el crecimiento del comercio electrónico, encontramos la forma de mostrarle al mundo la riqueza cultural del país. Poco a poco escogimos los primeros artesanos de la plataforma, dándole prioridad a aquellos que se encuentran en los lugares más apartados”, indicó la emprendedora.

La cofundadora de la marca manifestó que su experiencia personal le ha enseñado que las situaciones difíciles, influyen positivamente en las personas, por eso resalta que los emprendedores participantes en el desafío naranja tienen fe en la región.

Just Sapiens

Camilo Puello se encontraba haciendo las prácticas profesionales en un juzgado de Cúcuta, cuando se dio cuenta lo difícil que era encontrar el documento adecuado para recordar la actuación respectiva en cada proceso.

“El problema podía resolverse mediante una aplicación, que hiciera seguimiento a las etapas del proceso y facilitara el trabajo con recomendaciones”, indicó.

Por eso, el emprendedor creó un software para manejo jurídico de los procesos y casos judiciales al que se puede acceder mediante una página web.

Just Sapiens ha evolucionado desde su nacimiento, pasando de generar dos empleos a seis y con los beneficios recibidos se enfocarán en fortalecer el negocio. “Quiero generar una imagen positiva del abogado, además de acercar  la justicia y el derecho a las personas”, aseguró Puello.

Smart Partituras

Cuando Joaquín Pedraza tenía 12 años, un profesor de música empírico en Salazar de Las Palmas, le dijo que tocara el clarinete, al cabo de una hora descubrió su vocación por la música.

Veintiocho años después, Pedraza era un desarrollador de software educativo y comenzó a estudiar como leer la música, diseñando una estrategia para que su hija de cinco años también lo hiciera.

Con base en esa experiencia, creó un software que junto a unos instrumentos musicales modificados, se convirtieron en una metodología lúdica, interactiva y rápida para enseñar música.

“Es real pero es mágico, se aprende de manera natural, la tableta o  celular se puede usar como un xilófono interactivo que incluso evalúa como si fuera un juego. He hecho talleres en escuelas y jardines, y los resultados producen  impacto”, explicó Pedraza.

El emprendedor señaló que su objetivo es expandir su método de enseñanza y que si en un colegio existen 435 alumnos, todos ellos sin excepción y a la vez interpreten algunas canciones. “La música es incluyente y la participación  no se pide, se despierta”, puntualizó.

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