¡Vuelve y juega! El contrabando de cebolla, que en años anteriores se ha hecho presente de manera intensa en algunos períodos, tiene nuevamente en crisis a los productores del Catatumbo y Ocaña. La situación afecta a más de 3.000 familias que viven de este cultivo.
El gerente de la Federación de Productores del Catatumbo, Provincia de Ocaña y sur del Cesar (Fedeprocap), Mauricio Yusty Blanco, señaló a La Opinión que desde octubre del año pasado comenzó llegar en grandes cantidades cebolla roja importada y de contrabando de Perú, que cuesta 100% menos que la local.
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“Esto ha hecho que los precios en el mercado estén por debajo del costo de producción. Nos dicen que en Perú comenzó una cosecha fuerte y a traerse indiscriminadamente. Hemos venido llamando la atención de lo que courre y en diciembre tuvimos que hacer una reunión con todas las asociaciones cebolleras”.
Yusty explicó que hay una preocupación entre los cebolleros, porque está empezando la cosecha de hortaliza en la zona y, si no cambia el panorama, perderán el dinero invertido la siembra realizada en el último trimestre de 2023.
Otro de los líderes que alzó la voz fue el presidente de la Junta Directiva Fedeprocap, Wilmar Rangel, quien manifestó que “la situación es complicada y los productores están pensado, si en los próximos días no hay respuesta del Ministerio de Agricultura, iniciar una movilización”.
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Piden a las autoridades que implementen medias que limiten la llegada de la cebolla peruana y se subsidie la producción, porque desde Ecuador y Perú llega ese alimento a muy bajo precio, porque los campesinos de esos países cuentan con apoyos económicos en el cultivo.
Destacaron que han hecho saber sus quejas a las alcaldías, Gobernación y entes del Gobierno Nacional, en busca de soluciones.
Gran diferencia en el precio
Los líderes campesinos precisaron que el precio de la carga (118 kilos) de cebolla extranjera está entre $100.000 y $120.000, lo cual significa que el kilo cuesta alrededor de $1.000. Mientras que el productor de Norte de Santander, para no tener pérdidas, debe vender su producto por encima de $2.000, “y no es un precio competitivo”.
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“Imagínese, trayendo esa cebolla de tan lejos, el costo del transporte y la merma, y aun así sale a $1.000. ¿Quién compite con ese precio? Es imposible”, enfatizó Mauricio Yusty Blanco.
Wilmar Rangel manifestó que no se explican cómo es que traen ese producto, cuando en la zona hay una producción de unas 16.000 toneladas por semestre, lo suficiente para satisfacer la demanda interna y de la costa, que es el destino que manejan.
Fedeprocap, que agrupa a 36 asociaciones de 18 municipios, 10 de ellas de cebolleros, espera tener antes del 15 de enero alguna respuesta de parte de la institucionalidad, pues, de lo contrario, los campesinos tomarán las vías de hecho, para llamar la atención del Estado, porque temen una crisis muy grave.
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