El mercado laboral tuvo un leve deterioro en 2017, como quedó evidenciado con un aumento de 20 puntos básicos en la tasa de desempleo (la cifra nacional se ubicó en 9,4%), explicado por un incremento en la desocupación en las ciudades más grandes.

Sin embargo, hubo sectores que tuvieron un mayor impacto negativo, como fue el desempleo en la población de 14 a 28 años, el cual se ubicó en 16,1% de acuerdo con el Departamento Nacional de Estadística (Dane).

Al revisar el comportamiento solo en trimestre octubre – diciembre, se reportó un desempleo juvenil de 14,9%, la cifra más alta de los últimos cinco años. A esto hay que sumarle que la participación de las mujeres en el mercado laboral fue de 51,2%, inferior que la masculina, que se ubicó en 66,4%.

El profesor Iván Danilo Jaramillo, director del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, dijo que “estos malos resultados se evidencian pues, si bien se profirió una ley del empleo juvenil, no ha sido efectiva porque el enfoque no es el deseado en la realidad”. 

Para el experto, “el empleo juvenil es complejo de abordar, es un fenómeno mundial y no se ha podido corregir; no hay conexiones entre el mundo laboral y el mundo académico”.

Además, el trabajo está focalizado en los hombres, lo que explica que la tasa de desempleo en las mujeres sea más alta. El Dane evidenció que el año pasado las mujeres representaron 56% de la población informal y tuvieron una tasa de desempleo de 12,3%.

En contraste, los hombres tuvieron menos informalidad (44%), y tuvieron un menor desempleo, pues este quedó en 7,1%, similar al de 2016, hecho que arroja inconsistencias en la generación de empleo, según analistas.

Mario Valencia, director de Cedetrabajo, dijo que, si bien se vio un aumento en el empleo rural, en contraste con las cifras de las principales ciudades, “la situación del mercado laboral sigue siendo muy complicada. No hay solución a la vista para la que, según todas las encuestas, es la mayor preocupación de la ciudadanía”.