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Economía
México y EE.UU batallan por la industria automotriz
Donald Trump amenazó a Toyota con fuertes impuestos arancelarios si insiste en construir territorio mexicano.
Domingo, 8 de Enero de 2017

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, busca frenar los proyectos de Toyota y de fabricantes estadounidenses en México, cuando el país latinoamericano se ha convertido en un centro neurálgico en materia de fabricación de vehículos.

México es el cuarto exportador de vehículos ligeros en el mundo y el séptimo productor mundial de automotores, según cifras de la industria.

Este sector, que genera 52.000 millones de dólares al año en México, representa más de 875.000 empleos directos en todo el país, según el Ministerio de Economía.

Pero el magnate Trump quiere recuperar esos empleos en su país. El jueves de la semana pasada, el presidente electo amenazó a la japonesa Toyota con fuertes impuestos arancelarios si insiste en construir en México -y no en Estados Unidos- una fábrica de autos para el mercado estadounidense.

“Toyota Motor dice que quiere construir una nueva planta en Baja (California), México, para fabricar coches Corolla para Estados Unidos. íNI HABLAR! Que construya la planta en Estados Unidos o pague un gran impuesto en la frontera”, escribió Trump en Twitter.

Días antes, hizo una amenaza similar a General Motors, mientras que Ford anunció la sorpresiva cancelación de una nueva planta en México por valor 1.600 millones de dólares, que había sido criticada por Trump durante su campaña y que había recibido la misma amenaza del entonces candidato presidencial.

La mala memoria de Estados Unidos

Al conocer las amenazas hechas por el presidente electo de los Estados Unidos hacia Toyota, el Gobierno japonés dio total apoyo a la marca de su país, que además es la número uno en ventas en el mundo.

“La industria automotriz japonesa tiene 1,5 millones de trabajadores en Estados Unidos y es una contribución importante para la economía estadounidense”, dijo el ministro de comercio, Hiroshige Seko, en una rueda de prensa.

“Es importante que las empresas lo digan y el gobierno también tiene que recordarlo si es necesario”, añadió.

Por su parte el portavoz del gobierno, Yoshihide Suga, no dudó en defender al constructor. “Toyota siempre se esforzó por comportarse como una empresa responsable en Estados Unidos”, dijo, y aseguró que el presidente electo “es un hombre de negocios que ha trabajado en el extranjero y debería saberlo”.

Toyota, líder mundial del sector automotor desde hace varios años, recordó las cifras de su actividad en Estados Unidos, con 25 millones de vehículos producidos en el país en los últimos 30 años, 10 fábricas y 136.000 trabajadores.

“Toyota forma parte del tejido social estadounidense desde hace 60 años”, dijo la compañía en un comunicado.

Por su parte, en un comunicado, el Ministerio de Economía de México expresó que lamentaba la decisión de Ford y aseguró que todo está asegurado para que la firma automotriz  pague cualquier inversión que el gobierno local haya realizado para facilitar la construcción de la planta, tal y como se establece en el convenio marco.              

El ministro de Economía Idelfonso Guajardo reconoció que las autoridades mexicanas no esperaban esta decisión y que sólo tuvieron “comunicación con la empresa minutos antes” de que se hiciera el anuncio público.

El funcionario descartó que otras empresas automotrices puedan tomar el mismo camino y dijo que el cambio de planes de la firma se debió al “diálogo” personal entre representantes de Ford y Donald Trump, desde que estaba en campaña, así como a la caída en la demanda de los autos compactos, como los que se iban a fabricar en México.

México tiene un gran atractivo de inversión  

El atractivo principal que México juega ante los inversores extranjeros son sus tasas salariales relativamente bajas, su proximidad con el mercado de Estados Unidos y los tratados de libre comercio que tiene con 46 países.

El principal acuerdo de México es el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que integra con Estados Unidos y Canadá desde 1994.

Pero Trump quiere renegociarlo y amenaza con retirarse de él si no consigue mejores condiciones para su país.

Resumen de agencias

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