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Editorial
Alta letalidad
Es muy curiosa la disparidad entre el servicio particular para tomarse el examen de coronavirus y lo que sucede con los que van a su EPS.
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Viernes, 4 de Septiembre de 2020

Cuando hemos hablado de los males que agobian a la región siempre advertimos como Norte de Santander y Cúcuta muestran la tendencia a estar en los primeros lugares en Colombia, ocurriendo ahora lo mismo con los niveles de letalidad del coronavirus. ¿Qué debemos hacer para revertir esa tendencia a estar siempre arriba en los peores problemas que nos agobian? Esa es una cuestión para diversos análisis.

Ahora la inquietud latente es que el departamento tiene, después de Córdoba, la segunda tasa de muertes más alta por la pandemia en el país, como lo dio a conocer un trabajo periodístico de La Opinión, que permitió detectar que aquí llega al 5,5% superando el promedio nacional que está en 3,3%.

Los especialistas ven en esos datos varias situaciones que pudieran estar incidiendo en el creciente número de personas fallecidas por el virus. Una que siempre se ha advertido es la baja cantidad de pruebas que se aplican en la región para saber dónde están los que desarrollan síntomas o aquellos que contraen la COVID-19 pero no se enferman y también se baraja el caso de que lamentablemente muchos de los que son contagiados hacen parte de la población de riesgo.

En una labor periodística al servicio de la comunidad, se hizo contacto con nuestra comunidad virtual del portal web, para mediante un sondeo establecer lo relacionado a la periodicidad y oportunidad con que se manejan las muestras de coronavirus por parte de las Empresas Prestadoras de Salud (EPS).

Aunque aquí no debemos olvidar que en parte de ese trámite también juegan un papel los laboratorios en donde se analizan y entregan los resultados del diagnóstico respectivo, sí es muy curiosa la disparidad que ocurre cuando una persona acude por servicio particular a tomarse el examen y algo muy distinto sucede con los que van a su EPS respectiva.

Los primeros se mostraron satisfechos porque a las 24 horas o máximo cinco días después ya les estaban diciendo si tenían o no coronavirus. En cambio los usuarios de las EPS manifestaron en ese aspecto tardanzas de hasta 15 días, mientras  que a algunos ni siquiera se las aplicaron.

Todos estos datos resultan relevantes para que en esta nueva temporada de aislamiento selectivo en que entraron Norte de Santander y Cúcuta, para que verdaderamente haya más inversión en las pruebas masivas, porque ahora que más personas están en las calles y más actividades se han reabierto, no es descabellado afirmar que el riesgo de contagio y aceleración de propagación crece a pasos agigantados.

Solamente ampliando el panorama de comportamiento de la pandemia, recordando que la indisciplina ciudadana es una constante, podrán aplicarse más confinamientos de las personas que sean detectadas con el virus y sus familias, para mediante ese cerco poder enfrentar de manera este riesgo sanitario que hasta ayer en Norte de Santander tenía a 12.288 contagios.

Y volviendo a lo expuesto sobre las EPS -de las que se dijo por parte de los consultados que hubo casos en que ni siquiera se les entregaron- ojalá la inoportunidad de las pruebas haya empezado a mejorar realmente, porque en la región donde se ha planteado por parte del Instituto Nacional de Salud que el pico de la pandemia llegaría en octubre, en esta etapa de ascenso son vitales los diagnósticos para la detección de casos que finalmente podrían influir con mayor fuerza en la tasa de letalidad regional. 

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