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Editorial
¿Cuál es el afán?
De todas maneras, algo ocurre en relación con estas benditas cámaras. Ojalá lo averigüe la Contraloría, si dispone de tiempo para ello…
Miércoles, 12 de Junio de 2019

A la lista de frecuentes aplazamientos de anuncios y promesas de la Alcaldía, se sumó una que generó toda clase de suspicacias y comentarios: el desmonte por sorpresa de la jornada pedagógica en torno del nuevo sistema de cámaras para la regulación del tráfico automotor en Cúcuta.

Fue sorpresivo el aplazamiento, por cuanto el comunicado anunciándolo solo se conoció en la noche del martes, cuando los medios de comunicación ya se habían dedicado al descanso y no había manera de informarles a los automovilistas que el control automático en 15 cruces de calles no se llevaría a cabo. ¿Por qué tanto afán?

La falta de cebras en los cruces viales parece que es una de las razones. Pero, ¿por qué se pretendía, entonces, comenzar una jornada pedagógica, en la que esas rayas sobre el pavimento, que pocos automovilistas y casi ningún motociclista respetan, son fundamentales?

Tal vez la Contraloría municipal, organismo de control del que se conocen tan pocas investigaciones, pueda buscar la verdad de lo que pasa con esto de la concesión de Tránsito, la secretaría del ramo y el sistema de fotodetección, que no comienza a operar.

Ojalá actuara en serio, porque los comentarios de allegados a la burocracia y al sistema de contratación, y las preguntas de algunos concejales, llevan a pensar en que no todo está bien en relación con la concesión y los servicios que maneja, y en el funcionamiento de la secretaría.

Será de mucha utilidad para los ciudadanos, y los contribuyentes en especial, establecer si un contrato de hace algunos meses, para pintar algunas alegorías en cruces de calles, a manera de cebras, se cumplió a cabalidad o no, porque la verdad es que a los pocos días ya no existían, por la mala calidad de los materiales...

Ahora, al parecer, la secretaría no tiene recursos para nuevas cebras, y está a la espera, dicen algunos analistas, de que el concesionario, sin corresponderle, le salga al quite a la situación y pinte las calles. Al parecer, el anuncio de la semana pasada del comienzo de la jornada pedagógica pretendía ejercer cierta presión sobre la concesión, pero no dio resultado. Por eso, al parecer, aplazaron la pedagogía.

Hay otras situaciones que no han merecido la atención de la Alcaldía, y que inciden directamente en el éxito o el fracaso del sistema de fotodetección. Una de ellas es la dificultad para ejercer los controles ante los conductores de automotores con placas venezolanas, pues no habrá manera de hacerles llegar los comparendos con las multas, en caso de que cometan violaciones a las normas legales, pues carecen de cualquier documentación en la que aparezca su dirección.

Una solución podría estar mediante la internación de esos vehículos, pero al parecer el sector oficial no tiene el interés de otros sectores en esa legalización, y como consecuencia no se ha gestionado la reanudación de los trámites legales.

Es oportuno señalar, igualmente, que le empresa concesionaria no ha puesto todas las señales preventivas que se requieren para que el sistema de fotodetección funcione justamente, y que se traduce en vallas informativas de alerta, para que los automovilistas sepan que se acercan a una zona controlada electrónicamente.

De todas maneras, algo ocurre en relación con estas benditas cámaras. Ojalá lo averigüe la Contraloría, si dispone de tiempo para ello...

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