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Editorial
Desconocer y actuar
Todos los gobiernos los han subestimado y han actuado como si se les pudiera engañar con facilidad.
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Miércoles, 20 de Marzo de 2019

El ser humano es su experiencia y la manera de aprovecharla. A nadie se le puede culpar de ser inexperto en algunos asuntos, pues nadie es tan perfecto como para sabérselas todas. Ser inexperto no es una particularidad que se pueda criticar en nadie.

Lo que no está bien es resistirse a reconocer lo evidente de las limitaciones y tratar de convencer a los demás que puedo lograr lo que me proponga con solo el aporte de mi deseo, ante el cual la experiencia no cuenta.

Por estos días, Colombia vive días cada vez más difíciles en materia de orden público, por razón de la falta gubernamental de conocimiento de la realidad sobre la capacidad real de resistir y la voluntad de hacerlo de los indios del norte del Cauca que bloquean la Panamericana.

Como si fuera política de Estado, todos los gobiernos los han subestimado y han actuado como si se les pudiera engañar con facilidad. Llevan siglos resistiendo el impacto del blanco, y saben por experiencia que, en una pelea como la de ellos, por recursos del Estado, pueden resistir semanas y semanas, hasta lograr que sus peticiones sean atendidas… o que las fuerzas del orden los obliguen a replegarse.

Ellos están preparados para el desgaste lógico que sufre toda organización cuando reclama lo que difícilmente le concederán. Tienen, al contrario del Gobierno y de los habitantes del sur del país, todo el tiempo que estimen necesario. Son los dueños del tiempo, en realidad. Y de la paciencia…

Además, han sabido muy bien apretar al Gobierno, pero, en especial, dónde y cómo apretar, hasta lograr, como lo piden estos días, que el propio presidente de la República vaya a donde ellos a dialogar. Es probable que, en el fondo, no tengan real interés de que Iván Duque los visite, sino en acuerdos solemnes con delegados, pero es su manera de negociar, es lo que la experiencia, que les falta al presidente y al Gobierno, les ha enseñado. Practican aquello de que para ser sacristán hay que aspirar a papa…

Hay que entender lo que para ellos significa la minga, como llaman a lo que el resto del país califica de paro y bloqueo carretero. La minga es una institución aborigen que se pierde en la memoria del tiempo, y que es de simpleza abrumadora: es la actividad gratuita de todos los miembros de la comunidad, para beneficio de todos. Nada más.

Solo que, en el Cauca, mientras unos están arranchados en la carretera, en plena actividad política, los demás están en los cultivos de todos, y en las casas de todos, trabajando en favor de la economía familiar y social. Y si se hace necesario, un día cualquiera, entre todos se cambian los papeles, y nada se trastorna. No es uno para todos y todos para uno: es todos para todos, cueste lo que cueste.

Y si acaso un gobernante no entiende estas expresiones culturales, como lo indicaría el estancamiento de la situación, tendrá problemas serios. Y si una gente sabe bien lo que es poner sangre en busca de reivindicaciones, es la gente india del Cauca. Y no es que no les duela la violencia de la fuerza del Estado, es que saben que antes que cualquiera de ellos está toda la comunidad, por la que el sacrificio máximo es un deber.

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