La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible  reafirma la importancia del espacio público en la agenda del desarrollo a nivel mundial; en particular, la meta 7 del Objetivo 11 del Desarrollo Sostenible hace un llamado al “acceso universal a espacios verdes y públicos seguros, inclusivos y accesibles, en particular para las mujeres y los niños, los adultos mayores y las personas con discapacidad”.

La ONU Habitat cuenta con una guía de principios globales a políticas y prácticas locales para el espacio público,  se advierte algo que encaja con situaciones que ocurren en Cúcuta con los parques, canchas y demás lugares de descanso y esparcimiento.

El organismo multilateral habla sobre la necesidad urgente de crear, proteger y administrar los espacios públicos de manera eficiente, al tiempo que destaca el notable aumento de ciudades en el mundo que lo convirtieron en elemento clave para el desarrollo urbano.

Ese documento, lástima que no lo tuvieron presente administraciones que en el pasado en la capital nortesantandereana entregaron en concesión parques y otros lugares, cuando habrían podido optar  por algo que se llama la “gestión urbana”.

La ONU Habitat recuerdo que la creación, administración y disfrute del espacio público son oportunidades ideales para la participación de los ciudadanos.

 “La gestión ocurre en todo el territorio y es desarrollada por los ciudadanos en terrenos públicos o semipúblicos dentro de áreas urbanas de alta densidad. Ciudadanos de todas las edades participan voluntariamente en proyectos y trabajan en espacios de los que no son personalmente dueños, incluyendo la administración de parques, la restauración de espacios abiertos, la plantación de árboles en las calles y el cuidado de jardines comunitarios”, de acuerdo con esta alternativa planteada.

Ojalá que Planeación Municipal, la Secretaría de Gobierno y el IMRD tengan presente esta sugerencia del organismo multilateral para que tanto los parques y canchas que sean devueltos por quienes los venían manejando por concesión, como los demás de la ciudad, encajen dentro de esa figura de la gestión urbana, con la activa participación de las comunidades.

La presente administración, entre las tantas tareas pendientes por resolver, sería interesante que definiera de una vez por todas las mejores opciones para garantizar el mantenimiento y cuidado de esta clase de lugares, sin perder su control y preservando siempre la posibilidad de que los habitantes de la capital nortesantandereana no pierdan la posibilidad de acceder a ellos y que tampoco les cobren por su utilización.

Se trata de cuestiones que precisamente están relacionadas con una  planeación y gobernanza urbana más receptiva, transparente, responsable y sostenible, tan necesarias para ciudades como la nuestra.

Este aspecto merece, por lo tanto, toda la atención y la mayor participación posible por parte de toda la sociedad, puesto que se trata de trazar  unas líneas claras y precisas para que  los parques y canchas sean para la ciudadanía en general, pero que al mismo tiempo tengan dolientes responsables que no los dejen deteriorar ni cubrir por el abandono y que además cuenten con la debida seguridad para protegerlos de la delincuencia y el microtráfico.