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Editorial
El incendio del Policlínico
Por ahora, los interesados en este gordo de la lotería deben estar taponando los huecos del proceso, para solicitar nuevas ofertas.
Viernes, 2 de Marzo de 2018

Jugar con fuego siempre ha sido un deporte destructivo. Y por estos días, alguien en Cúcuta estuvo dedicado a divertirse de esa manera, a riesgo de terminar chamuscado. Al final, algo, no se sabe qué, lo salvó en el último minuto.

Es la rápida conclusión a la que se puede llegar en relación con la muy extraña y criticada convocatoria para montar un centro de atención de traumas y ortopedia junto al Policlínico de Atalaya, pese a que no existía un solo soporte, ni técnico ni financiero, ni de otra naturaleza, que le diera piso a la que iba a ser una precipitada e ilegal decisión del municipio y de la Empresa Social del Estado (Ese) Imsalud.

Tenían afán, bastante, de entregarle a una desconocida empresa particular un negocio de muchos millones de pesos. Iba a ser por 20 años, un consuelo tonto si se piensa que pudo ser por siempre y por ingresos inmedibles.

Ayer, de manera sorpresiva, Ese Imsalud declaró desierta la solicitud de oferta, para la que hubo solo un oferente: Sociedad Futura Capitol Salud, pese a que hubo intención de comprar ofertas de verdaderos expertos.

La empresa oferente es, en realidad, una alianza de cuatro firmas, ninguna de las cuales tiene la menor experiencia con el manejo de traumas.

Son KC Log. Colombia SAS, fábrica de rejas para antejardines y de productos metálicos y comercializadora de materiales de construcción y ferretería; Grupo Empresarial Capitol SL, firma española, de Valladolid, con un capital social de solo 100.000 euros en 2016; Bioreuma SAS, prestadora de servicios médicos de consulta externa en reumatología, y el constructor Álvaro Ómar Guerrero Díaz.

De no haber mediado la decidida oposición de los líderes populares, el eco de algunos medios, y el apoyo frío y distante de dos o tres concejales —porque, como es su costumbre, en privado ellos dicen tantas cosas que callan en público— hoy el negocio estaría hecho.

¿Por qué declararon desierta la convocatoria? Alguna razón muy poderosa debió surgir a última hora para desistir, al menos por ahora, de un jugoso negocio irregular de muchísimo dinero, comprado solo por 16 mil millones de pesos.

Un negocio que, además, se desarrollaría al margen de lo que dicen la lógica y la experiencia, pues un centro de traumatología y ortopedia solo puede funcionar adscrito a un hospital de alto nivel, por la complejidad de consecuencias físicas que deja, por ejemplo, un accidente motociclístico, complejidad que un centro como el Policlínico no está en capacidad de atender.

¿Qué ocurrió, si hasta el miércoles en Imsalud sostenían en voz alta que todo estaba en orden? No había ni anuncio de demandas judiciales, ni siquiera de parte de los concejales, tan dados a dejar esa tarea, que es su obligación legal, a cualquier ciudadano con más valor que el de todos ellos juntos.

El incendio está bajo control, aunque hay rescoldos que pueden avivarse en cualquier momento. Por ahora, los interesados en este gordo de la lotería deben estar taponando los huecos del proceso, para solicitar nuevas ofertas, gratuitas o pagas, qué más da…

Bien por los líderes barriales. No conjugan el verbo atortolarse, a pesar de que los dejan solos quienes deben estar con ellos.

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