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Editorial
En tierra derecha
En el campo del orden público, tenemos en el departamento ocho municipios en riesgo extremo para la jornada electoral, como son El Tarra, San Calixto, Hacarí, El Carmen, Convención, Teorama y Cúcuta.
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Jueves, 26 de Mayo de 2022

En la hípica o carreras de caballos, la expresión en ‘tierra derecha’ representa que se entra al tramo final de la pista para la búsqueda de la conquista de la meta, en medio de la euforia del público y de los apostadores.

Algo así, pero en un ambiente de indudable tensión, es el panorama que se vive en Colombia a pocos días de las elecciones presidenciales para elegir al reemplazo de Iván Duque, quien culmina su mandato el 7 de agosto de este año.

En el campo del orden público, tenemos en el departamento ocho municipios en riesgo extremo para la jornada electoral, como son El Tarra, San Calixto, Hacarí, El Carmen, Convención, Teorama y Cúcuta.

Fundamentalmente a esa condición llegaron estas localidades del Catatumbo, las primeras, y la capital notesantandereana, por los diversos impactos que generan los grupos armados ilegales, el narcotráfico, el control social y la disputa territorial y economías ilegales entre los mismos.

Aparte, de esto hay que sumar otras diez localidades etiquetadas como en riesgo alto para las justas electorales del 29 de mayo, significando entonces que en cerca del 50% del territorio de Norte de Santander hay una compleja situación para el normal desarrollo del proceso.

Por el bien de la democracia se espera que la decisión anunciada en un consejo de seguridad electoral presidido por los altos mandos militares de disponer de 11.741 soldados y policías para cuidar la jornada, no ocurran situaciones que lamentar.

Sin embargo, este aspecto no es el único que preocupa. La actual campaña ha estado  llena de elementos de desinformación y de difusión de especies sin ningún sustento pero que obedecen a las estrategias de manipulación al elector y de restarle confianza y credibilidad ante los potenciales votantes a uno u otro aspirante a la Presidencia de la República.

Los expertos han considerado que de esta manera se generan percepciones erróneas en la mente de los ciudadanos para vincular a uno u otro candidato con determinados  temas y asuntos negativos para para terminar desprestigiándolos.

De eso estuvo lleno esta temporada, lo cual impidió que la ciudadanía lograra alcanzar a tener una posibilidad de contar con elementos certeros para llegar al voto informado, tan necesario en un país como el nuestro.

Lamentablemente también se advirtieron cruces de señalamientos como el de presuntas amenazas de un contendiente a otro, los intentos de espionaje y hasta presuntas acciones de brujería, los cuales llevaron a distraer la atención y desviar el foco de aquello que la gente realmente requería saber y conocer a profundidad de las propuestas y planteamientos de los programas de gobierno.

En lugar de hoy estarse la gente dedicando a leer o evaluar las esas iniciativas, está distraída porque desde la plaza pública se lanzaron aseveraciones sobre un presunto golpe de Estado o suspensión de las elecciones y una discusión sin fin sobre la auditoría a las elecciones, que para algunos tiene tufillo a posible fraude, mientras desde las esferas de la Registraduría se asegura que eso no sucederá.

Garantizar que la transparencia brille es la delicada función que les compete adelantar en esta jornada a los veedores de la Unión Europea, la OEA, y otras misiones internacionales que llegaron a ponerle la lupa al desarrollo de las votaciones, al preconteo y al escrutinio para darles garantía a los colombianos y a los aspirantes a la Presidencia sobre los resultados de estos trascendentales comicios y ayudar a bajarle grados a la alta temperatura que caldea el ambiente político.

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