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Editorial
Estudiando en casa
Tener la experiencia de lo ocurrido en buena parte de 2020 cuando apareció el coronavirus y todo cambió, en este 2021 en materia educativa tienen que mejorar las condiciones de esa virtualidad que llegó para quedarse.
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Miércoles, 13 de Enero de 2021

Se avecina el ‘regreso’ a clase. Sí, así entre comillas simples, porque en el país y en la región está armado un importante debate sobre la famosa alternancia en las aulas, en instantes que el coronavirus como la guerra, se ha convertido en un monstruo grande y pisa fuerte.

Los reportes diarios evidencian que estamos atravesando una crítica etapa de la pandemia en la que es innegable que reforzar el autocuidado y las medidas de bioseguridad para evitar desagradables sorpresas.

Se oye hablar de que los niños y adolescentes están estresados por el encierro y porque fueron sacados de uno de los espacios naturales, como lo es el colegio, pero aunque eso ocurra, hay que preguntarse: ¿qué es más fácil de solucionar, un pasaje estresante o una temporada en UCI o el dramático dolor por la pérdida de seres queridos?

Y eso tiene más impacto cuando se conocen informes, no del otro lado del Atlántico, para el caso nortesantandereano, sino provenientes de Pamplona, donde se han reportado 112 casos de niños contagiados con la COVID-19, lo cual es un marcador de la peligrosidad que envuelve la crisis que nos  agobia.

Luego ahí ya empieza a mostrarse que ante el virus todos son igualmente vulnerables, y que todos en la familia deben de ser protegidos frente a la pandemia y también cumplir las normas de cuidado con el fin de evitar enfermarse y propagar el coronavirus que en el departamento registra 44.074 casos confirmados.      

Por encima de todo debe estar el derecho a la vida que tiene que protegerse por encima de cualquier consideración económica o de valores relacionados con el comportamiento social, puesto que ahora mismo al ser atacada la salud, la existencia humana está en riesgo.

Entonces, los gobiernos nacional y regional lo que deberían hacer es facilitar que la educación continúe desde casa, cerrando por el momento la posibilidad de la alternancia (o regreso a clase a cuenta gotas), admitiendo que la situación es de altísimo riesgo.

Por eso, la inversión departamental y municipal en las tecnologías de la información y la comunicación tiene que crecer así como generarles más ayudas a los hogares en materia de computadoras o tabletas para que los alumnos puedan recibir con facilidad y agilidad la educación virtual.

Es indispensable la masificación de la gratuidad del servicio de internet, porque no nos llamemos a engaños, si en muchos hogares no hay ni para comer o para cumplir otros compromisos, mucho menos contarán con dinero para esta nueva carga que vienen soportando desde el año pasado.

Tener la experiencia de lo ocurrido en buena parte de 2020 cuando apareció el coronavirus y todo cambió, en este 2021 en materia educativa tienen que mejorar las condiciones de esa virtualidad que llegó para quedarse.

Es obvio que algún día se volverán a los salones a los recreos y a las reuniones de padres, pero tampoco será en las condiciones en que se hacían hasta  marzo del año pasado, porque  como lo ha advertido la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2021 la vacunación no garantizará la inmunidad colectiva contra el coronavirus.

Así que el 25 de enero lo aconsejable es volver al colegio, pero virtualmente, en Norte de Santander.

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