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Editorial
Finanzas saludables
El visto bueno que el DNP le concedió a Cúcuta -situándola entre las cinco mejores capitales de departamento- obedece  entre otras cosas al superávit de $90.000 millones que al cierre de la vigencia 2020 arrojaron las finanzas municipales.
Domingo, 25 de Julio de 2021

En estos tiempos tan difíciles  signados por la pandemia que empeoró muchos males y con una creciente violencia que nos llevó a ser escenario de dos atentados de alto impacto, para Cúcuta resulta siendo un oasis la calificación positiva que recibiera por el desempeño fiscal correspondiente al año pasado.

Anualmente esta evaluación sobre la situación financiera territorial la adelanta el Departamento Nacional de Planeación, que en esta oportunidad situó en el segundo puesto a la capital de Norte de Santander por encima de Bogotá, Cali y Barranquilla. 

A la ciudad -que en ese marcador le pusieron la calificación de 68,8 % al ser superada únicamente por Medellín con 78,5%- le significa esto un aliciente al lograr tan importante ubicación dentro de grupo de las capitales de departamento y es el reflejo de una administración que trata de hacer las cosas bien.

El índice de desempeño fiscal es un instrumento analítico, establecido por la Ley 617 de 2000, que busca medir el grado de gestión que las administraciones municipales y departamentales les dan a sus finanzas públicas.

Dentro del mismo se miden aspectos como la sostenibilidad financiera a la luz de la viabilidad fiscal, la capacidad de generación de recursos propios, el endeudamiento, los niveles de inversión y la capacidad de gestión financiera.

El visto bueno que el DNP le concedió a Cúcuta -situándola entre las cinco mejores capitales de departamento- obedece  entre otras cosas al superávit de $90.000 millones que al cierre de la vigencia 2020 arrojaron las finanzas municipales.

El 49,6% de la composición del superávit corresponde a rentas propias, de los cuales  $18.931 millones obedecen a un mayor recaudo, pues “gracias a los alivios tributarios y la confianza de los contribuyentes se recaudaron realmente $197.381 millones”, de acuerdo con la precisión que hiciera la Secretaría de Hacienda Municipal.

Y un hecho adicional que mostró un real compromiso de saneamiento financiero, es que logró conjurarse un déficit   por $24.500 millones mediante estrategias de mejoramiento y sostenibilidad, aspectos que obviamente fueron tenidos en cuenta por el DNP en su análisis y posterior valoración.

“Estar compitiendo con las principales capitales y lograr que Cúcuta haya tenido el segundo lugar en el índice de manejo de sus finanzas públicas, es muy positivo”, es la reacción del alcalde Jairo Yáñez a quien le corresponde mantener y fortalecer la confianza ciudadana y profundizar en el sentido de pertenencia de los gobernados.

Dicha evaluación deja igualmente bien parado al municipio porque aunque hay evidentes y graves problemas socioeconómicos que golpean a un alto porcentaje de sus habitantes, Cúcuta como entidad territorial muestra una situación de solvencia, que tiene capacidad para la generación de recursos propios, capacidad de recaudo de ingresos tributarios y no tributarios, endeudamiento a corto plazo y sostenibilidad de las deudas.

Hay que poner de relieve que esta buena ubicación y nota positiva se haya dado en un año atípico como 2020 -en el que estalló la crisis sanitaria generada por el coronavirus-porque  deja abierto un mejor panorama cuando las aguas de la tormenta se calmen y logren consolidarse otras acciones para contener y superar las dificultades que  agobian a la ciudad: desempleo, inseguridad y crisis económica. 

Esto, definitivamente, es el resultado de una buena administración, alejada de la politiquería y las componendas, que era lo que estábamos acostumbrados a ver y por lo cual la gente votó en las urnas en las pasadas elecciones.
 

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