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Editorial
Gasolina subsidiada
Con los 11,4 millones de galones mensuales que se envían al departamento hay que atender a un creciente número de automotores.
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Lunes, 6 de Septiembre de 2021

En Cúcuta y el área metropolitana las colas de carros y motos para  aprovisionarse en las estaciones de servicio se han vuelto parte del paisaje, porque el cupo de gasolina subsidiada al parecer escasea.

Ya nos damos cuenta que faltando una semana o algunos días para terminar el mes, el valor sube en cerca de $2.000 por galón, porque el combustible que se ofrece es el nacional, al agotarse el de precio preferencial para la frontera.

La solución obvia a dicha situación de escasez consistiría en un reajuste de los volúmenes de gasolina y ACPM subsidiados que el Ministerio de Minas despacha para esta región del país, en atención a varias situaciones de la vida diaria.

Por un lado, ya en la ciudad y en los municipios vecinos los famosos ‘pimpineros’ prácticamente desaparecieron junto con el contrabando de gasolina venezolana arrastrados por el colapso de la industria petrolera del vecino país que pasó de producir 3,2 millones de barriles diarios a un promedio de 500.000, actualmente.

Cuando traer el hidrocarburo desde el otro lado del río Táchira era un floreciente negocio, gran parte del parque automotor se surtía de pimpinas, situación que cambió, puesto que ahora todos buscan las estaciones de servicio.

Luego entonces la demanda ha tenido un desbordamiento frente a la oferta del llamado combustible exento de impuestos, excluido del IVA y cero aranceles, como lo dispone la Ley 681 de 2001, porque ese mercado informal de combustibles se esfumó.

Con los 11,4 millones de galones mensuales que se envían al departamento hay que atender a un creciente número de automotores, que a finales del año pasado, según datos del RUNT, mostraba por ejemplo 311.827 vehículos registrados en Norte de Santander.

Deberían entonces la Presidencia de la República y el Ministerio de Minas proceder a reajustar el cupo asignado, teniendo en cuenta dos hechos: que el ‘fantasma inflacionario’ siempre visita a quienes tanquean (automóviles, busetas y camiones de carga) desequilibrando sus finanzas y que ahora es natural tener que hacer fila para aprovisionarse de gasolina.

 Voceros de los distribuidores calculan que por lo menos se necesitarían 2,5 millones mensuales adicionales, mientras que desde la Secretaría de Gestión Minero y Energética Sostenible se habla de que dicho requerimiento podría estar entre el 20 % y 30 % adicional para responder a la demanda regional.

Resultan en este momento importantes los operativos desplegados por esa entidad junto con la Polfa, la DIAN, Hacienda departamental y Tránsito y Transporte para monitorear el tanqueo en Cúcuta y otras localidades, puesto que esos controles ayudan a verificar el comportamiento de la distribución de hidrocarburos.

“El combustible es insuficiente, normalmente nos está durando  tres de las cuatro semanas que tiene el mes, estamos trabajando para demostrar que hacemos un uso adecuado y así hacer la solicitud de la ampliación del cupo que le corresponde al departamento”, complementó el secretario de Gestión Minero y Energética, Jhon Leonardo Olivares Rivera.

Aquí sí deben dar la pelea ante las altas esferas gubernamentales todos los miembros de la bancada nortesantandereana en el Congreso de la República, recordando que en la nueva Ley de Fronteras que acaba de entrar en vigencia, quedó consignada la posibilidad para que los gobernadores y alcaldes de esas zonas soliciten la evaluación del ajuste de los cupos asignados.

Esto para significar que no es ningún reclamo por fuera de la legislación o algún pedido extra para lograr una dádiva para la región, puesto que el problema del déficit en la oferta no es de ayer ni de hoy, ya tiene varios años y es indispensable corregirlo sin más dilación.

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