La violencia contra los niños en Colombia se está volviendo un problema de salud pública y lo más grave es que parecen perdidas todas las esperanzas de una solución.
A diario los medios de comunicación registran dramáticos y aterradores informes sobre este terrible flagelo. Se hacen protestas y manifestaciones de repudio y condena que son flor de un día.
El último episodio desgarrador que ahora lamentamos es el de una bebita de solo tres años abandonada en el hospital de El Guavio, después de haber sido salvajemente ultrajada en hechos que son materia de investigación.
El director del Instituto Medicina Legal, Carlos Valdés, entregó recientemente un espeluznante informe que debería llamar la atención de todos los sectores del país sin ninguna excepción.
“Por día, 7 niños entre 0 y 4 años son violentados sexualmente; 17 entre los 10 y 14 años niños y entre los 15 y 17 años, 12 niños son violentados”, dijo Valdés, quien agregó que la violencia sexual aumentó en un 22 %, los homicidios se incrementaron en las edades de entre los 10 y los 17 años. Y sigue aumentando la violencia intrafamiliar en el país si se compara con el 2017.
Mientras tanto, en materia de homicidios a nivel nacional entre el primer trimestre de 2017 y 2018 se han aumentado en un 7 %.
“El tema viene siendo más relevante toda vez que ahorita se está presentando una gran cantidad de homicidios relacionados con microtráfico principalmente y situaciones que están afectando especialmente las comunidades de Nariño, Cauca, Urabá y los Santanderes”, dijo el director de Medicina Legal.
Este y todos los casos de violencia sexual contra niñas y adolescentes que suceden día tras día deben llamar a la acción protectora y contundente por parte de todos los actores responsables, sus madres, padres, familias, docentes, instituciones del gobierno, líderes de opinión y del Estado en su conjunto.
Este tipo de conductas de los agresores evidencia que en el país las niñas y las adolescentes no viven en entornos que las protegen, las escuchan, las cuidan y valoran sus vidas. Es necesario que todas las personas comprendan su papel respecto a la garantía de sus derechos, para que ellas puedan vivir libres de cualquier forma de violencia y desarrollar todas sus capacidades.
De las cifras oficiales se destaca que, a diario se registran 66 casos de violencia contra menores de edad en todo el país. También el incremento que se ha presentado con respecto a los primeros trimestres de los años pasados: 2016 (4.834), 2017 (5.449) y 2018 (5.870).
Como afirma la directora del ICBF, Karen Abudinen, “la situación sigue siendo muy compleja en Colombia”. Los casos de violencia contra los niños van desde maltrato verbal y psicológico, pasando por la negligencia de los padres o cuidadores, hasta abuso sexual, explotación sexual comercial y trata de personas.
El tipo de violencia por el que el ICBF inicia el mayor número de procesos administrativos para el restablecimiento de derechos está relacionado con delitos como el abuso sexual. En el 2016 se reportaron 10.141 casos, en el 2017 aumentó hasta los 11.320 casos y para el primer trimestre de este año alcanza los 2.855 casos.
Son cifras que producen escalofrío y desconcierto y nos obligan a actuar con celeridad y contundencia. Algo o mucho está pasando en nuestra sociedad que no reacciona ante esta calamidad y parece resignada a la impotencia.
