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Editorial
Leopoldo López en la frontera
Maduro sigue contando con el apoyo incondicional de los militares, tiene el control absoluto de todos los poderes públicos.
Sábado, 12 de Diciembre de 2020

El pasado jueves estuvo en Cúcuta y La Parada el líder opositor venezolano Leopoldo López, horas después de haberse reunido en la Casa de Nariño en Bogotá con el presidente colombiano Iván Duque.

López vino a la zona de frontera para conocer de primera mano la dramática y lamentable situación de los migrantes venezolanos. Hace  poco más de un mes y medio López había logrado escapar de su país y viajar a España que lo tuvo como huésped en su embajada en Caracas, lo que originó roces y fricciones entre el gobierno español y el régimen de Nicolás Maduro.

Comprensible la preocupación del líder opositor venezolano por la suerte de los miles de sus compatriotas que como él, han tenido que salir corriendo de su país, sin esperanzas de un pronto y feliz retorno. 

Pero de pocos efectos o resultados prácticos, dada las realidades, complejidades y condiciones geopolíticas  de los actuales momentos.

Mientras los gobiernos de Colombia y Venezuela no restablezcan y normalicen sus relaciones diplomáticas, comerciales y consulares, aquí estaremos condenados a seguir viviendo la calamitosa crisis social, económica y humanitaria que estamos padeciendo desde hace varios años.

Como si no hubiéramos tenido suficiente, hace nueve meses nos cayó la pandemia del coronavirus y  no hemos sido capaces de un trabajo conjunto necesario como se han hecho otras partes del mundo.

Los deseos del presidente Duque de sacar del poder “en poco tiempo al dictador Maduro” no se han cumplido y lo más probable es que no se van a cumplir.

Como lo han destacado los medios internacionales, el pasado domingo, a más de dos años y medio de las elecciones presidenciales de mayo de 2018, Venezuela regresó a las urnas para unos comicios en los que de nuevo no participó la oposición mayoritaria, lo que permite que el chavismo consolide el poder político. La oposición no se presentó en 2018 por considerar fraudulentas las elecciones y ese fue el punto de partida para que luego Juan Guaidó se proclamara presidente interino como líder de la Asamblea Nacional (AN) y se agravara así la crisis.

La victoria con más del 67% de votos y sin sus grandes rivales, que llamaron a la abstención, no acaba, sin embargo, con el bloqueo político ni facilita la gobernabilidad de un país en una profunda crisis económica y objeto de sanciones.

Maduro sigue contando con el apoyo incondicional de los militares, tiene el control absoluto de todos los poderes públicos y cuenta con la ayuda y protección de naciones poderosas como Rusia, China, Irán y Egipto. 

En los peores de momento de tensión de la Guerra Fría entre Rusia y Estados Unidos, las relaciones especialmente consulares, sus  gobiernos las encomendaron a otros países con todos los protocolos de respeto y sometimiento al derecho.

Como están las cosas, lo conveniente es seguir trabajando para lograr el restablecimiento de los canales consulares y humanitarios, para lo cual necesitamos el apoyo y acompañamiento de la comunidad internacional.

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